Suecia y España se reencontraban en un partido que era muy diferente a todos los anteriores, ya que la previa estuvo marcada por todo lo sucedido antes del viernes: la polémica y explosiva convocatoria, la rueda de prensa de la discutida Montse Tomé, la respuesta de Jenni Hermoso, la destitución de Andreu Camps (brazo ejecutor de Luis Rubiales), la reunión con la Real Federación Española de Fútbol y el Consejo Superior de Deportes -hasta las cinco de la madrugada-, las reivindicativas declaraciones de Alexia Putellas e Irene Paredes y un largo etcétera.
Más allá de todo lo mencionado, que no es poco, conviene destacar que las 22 futbolistas que partieron como titulares se unieron con una gran pancarta cuyo mensaje no dejaba lugar a dudas: "Nuestra lucha es una lucha global. Se acabó". Además, el público mostró su apoyo a las vigentes campeonas del mundo mediante cánticos y algunos carteles. Paredes (ejerció como capitana), Putellas y compañía aunaron fuerzas con un coro y, además, portaron una venda con mención explícita a Jenni Hermoso y a ese lema que tantas fronteras ha traspasado.
Athenea, diosa del balón
La Roja demostró desde el principio que no ganó por casualidad en Australia y Nueva Zelanda. Le faltó contundencia a Aitana Bonmatí para rematar tras una gran acción combinativa que casi inauguró el duelo. Las anfitrionas, sin Fridolina Rolfö por lesión, optaban por ataque más directos y verticales con la certeza de ser superiores físicamente -más si cabe debido al cansancio, también a nivel mental, que han acumulado sus rivales tras unos días frenéticos y de poco descanso-.
Athenea del Castillo tenía ganas de erigirse como la mejor futbolista del choque. Se mostró insistente y descarada, en situaciones diversas, durante un encuentro que se saldó con muchas más ocasiones para las visitantes. Sin embargo, Mariona Caldentey empezó a manchar los guantes de Zecira Musovic, que se vistió tanto de verduga como de héroe por su error en el tanto de la extremo del Real Madrid. Un bote traicionero batió a la arquera del Chelsea.
Antes, claro, llegó el tanto que inauguró el marcador. Kosovare Asllani empezó a generar confianza para las suyas con algunas acciones de mérito, como la que dio pie, con participación directa de Stina Blackstenius, a un remate potente de Filippa Angeldal. El 1-0 no llegó así, ni mucho menos, sino en un saque de esquina que culminó Magdalena Eriksson con un fantástico testarazo ante el que nada pudo hacer Cata Coll, ganadora en su batalla particular con Misa Rodríguez.
Un final de vértigo
Teresa Abelleira estaba muy acorralada, pero tanto Aitana como Alexia aparecieron lo suficiente como para generar juego. La '6' tuvo una fantástica ocasión para marcar y la '11' abrió el cajón mágico, ese en el que se encuentran sus habituales diabluras (desde recortes y conducciones sobresalientes hasta caños inalcanzables para la mayoría de mortales). Una pérdida de esta última, sin embargo, bien pudo traducirse en el 2-1.
Tras el paso por vestuarios, las de Tomé arrancaron con fuerzas. Lucía García siguió tirando y tirando, siempre en zona de remate, mientras Athenea se divertía por una banda que se convirtió en una autopista. Hasta en dos ocasiones pudo darle forma a un doblete de ensueño. El dominio era abrumador, pero las nórdicas se disquitaron poco a poco. Se hicieron las 'suecas', casi renunciando a la posesión, y amenazaron de forma sigilosa.
El tramo definitivo estuvo condicionado por el frenesí y la sucesión de situaciones de peligro, la mayoría a favor del conjunto que reinó en Sídney. Eva Navarro aprovechó una de esas, y bien pudo hacerlo por partida doble, con un fantástico golpeo al palo largo que era imposible para la arquera. Cuando parecía controlado el choque, en una acción muy puntual, Lina Hurtig sacó el látigo para -según parecía- castigar a un equipo inmortal y hambriento que tiró de épica para, allá por el minuto 96, provocar una pena máxima (agarrón de Amanda Ilestedt, expulsada, a Amaiur Sarriegi) que culminó Mariona.
Jugadora Flashscore del partido: Athenea del Castillo.