Han pasado casi dos meses desde la última salida del Real Madrid en LaLiga, con derrota en Vallecas, pero podríamos señalar aquello de “como decíamos ayer…”. Y eso es malo, muy malo para los de Carlo Ancelotti porque las sensaciones, como aquel 7 de noviembre o una semana después con la pírrica victoria ante el Cádiz (2-1), no son nada buenas. Ganaron, sí, con doblete de Benzema, el primero de penalti, que también hay que marcarlo, claro. Pero no hay signos de mejoría ofensiva y otra vez tuvieron que tirar del talento de Courtois para salvar un resultado que les hace dormir líderes a la espera de que el Barcelona cierre el 2022 recibiendo al Espanyol. Después de lo visto ante el Valladolid, con un 0-2 que llegó en los últimos ocho minutos, con un canto en los dientes se tiene que dar el equipo blanco.
Y eso que el once que apareció en Zorrilla fue casi el de gala, con Ceballos por Modric y Asensio por Tchouaméni. Pero ni por esas el equipo mostró su superioridad técnica. El Valladolid le cerró todos los huecos para que Benzema, muy lejos del que ganó el Balón de Oro, se ahogase entre un mar de piernas. Y para que Vinicius, el más regateador de las grandes ligas, se viese frenado por el imberbe Fresneda, un descarte de la cantera blanca. Con Kroos de 5, Valverde atado como interior al ‘estilo Uruguay’ y Ceballos volviendo a desperdiciar su oportunidad como titular, al Madrid le costaba un mundo generar fútbol.
Sólo las acciones individuales amenazaban a Masip, que se empleó a fondo para negarle el gol a Asensio, como luego haría con Vinicius casi media hora después. Con Benzema ni se tuvo que esforzar, pues el galo mandó a las nubes su disparo a tres metros de la portería. Pura impotencia que le costó una reprimenda a Ancelotti de Munuera por protestar insistentemente unas manos de Javi Sánchez en el área.
Con esa firmeza defensiva, los de Pacheta se empezaron a sentir cómodos, con más confianza y dispuestos a lanzarse al ataque para probar, por qué no, el estado de Courtois.
El mejor guardameta del mundo
Para su desgracia, y para fortuna del Madrid, el belga sí está en plan ‘mejor portero del mundo’. Lo demostró, primero, a disparo de Sergio León con colocación y reflejos. Segundo, con una mano prodigiosa a disparo en carrera de Álvaro Aguado en el que estiró sus casi dos metros para hacerse aún más grande y sacar una manopla imposible. Y tercero, con otro remate, este de cabeza, de Sergio León que sacó cuando el balón parecía ya haberle superado. Sensacional.
Sufría mucho el Madrid porque había perdido el balón en el centro del campo. Lo intentó remediar Ancelotti sin tocar sus piezas, pero el guion era el mismo. O individuales o nada. Por ahí, en una de las pocas ocasiones en las que Vinicius se marchó de Fresneda, a punto estuvo de desequilibrar el duelo. Su remate de cucharita se marchó muy alto. Tocaba mirar al banquillo para encontrar a los desatascadores habituales: Camavinga y Rodrygo, además de Lucas Vázquez.
Manos de Javi Sánchez... y Benzema recupera el olfato
No fue ninguno de ellos sino un testarazo de Rudiger que desvió Javi Sánchez con la mano el que le abrió el camino del triunfo. Esta vez Munuera, que no había visto la infracción, sí acudió al VAR para decretar un penalti que anotaría Benzema envolviendo con su derecha el disparo para engañar a Masip. El gol, además, vino acompañado de una roja directa a Sergio León, que algo grave tuvo que decir al cuarto árbitro.
Los blanquivioletas se fueron entonces del encuentro, entre indignados por lo que consideraban una mano involuntaria y rabiosos por verse detrás en el marcador tras su buen nivel defensivo. Y por ahí, buscando más con el corazón que la cabeza el empate, dejaron los huecos con los que el Madrid soñaba. Camavinga encontró a Benzema dentro del área y el 9 firmó el segundo a placer.
La victoria, y el liderato temporal, ya no se les escaparía. Demasiado premio para lo visto en el estadio vallisoletano.
Jugador Flashscore del partido: Courtois.
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