Fernando Alonso (41) arde en deseos de subirse al coche verde. Lo estaba incluso antes de finalizar las últimas carreras con Alpine, un equipo que no respetó sus galones y que fue incapaz de darle un coche fiable con el que poder competir.
Su hastío le llevó a aceptar la oferta de Aston Martin casi de inmediato. Un proyecto ambicioso, aún por crecer, y un equipo en el que, a pesar de compartir volante con Lance Stroll, el hijo del dueño, sí han apostado realmente por él. O eso le han prometido.
De ahí su enorme ilusión por ver si los esfuerzos del trabajo que llevan haciendo los ingenieros desde hace meses da sus frutos sobre la pista.
En lo que sí se han dado prisa en Aston Martin es en anunciar la fecha de lanzamiento de su nuevo coche de 2023.
Alonso ya tuvo la oportunidad de subirse al monoplaza verde en los tests de Abu Dhabi dos días después de finalizar la temporada. "Fue bueno, una muy agradable experiencia. Me siento honrado por conducir para una marca tan icónica", acertó a decir el asturiano tras conducir 97 vueltas con el Aston Martin.
Desde entonces ha tenido tiempo para conocer la fábrica, el estado de las obras de las nuevas instalaciones y túnel del viento, así como para conocer el nombre de los mecánicos e ingenieros que trabajarán con él codo con codo durante los dos próximos años.