El inicio de los Warriors no está siendo nada bueno: tres victorias y tres derrotas. Afrontaban este encuentro tras caer en la prórroga ante otro conjunto de menor calidad (Charlotte Hornets), pero volvieron a caer lejos del Chase Center. El hecho de que Stephen Curry terminara como figura más destacada (33 puntos, además de siete rebotes y nueve asistencias) no se tradujo en una nueva alegría colectiva.
Poole Jordan, que sustituyó en el quinteto inicial a Klay Thompson, alcanzó un registro fugaz que provocó la desesperación de los locales: 12 puntos en menos de un minuto (52 segundos). Encadenó tres triples, una canasta de dos y un tiro libre. Alcanzó también la treintena de cara al aro, como su compañero Curry, y terminó como segundo máximo anotador del choque, pero las indivualidades no bastaron para evitar el pobre balance actual de los de San Francisco.
Pese a esta última alegría para los Pistons, lo cierto es que la temporada está yendo por los derroteros que podían esperarse. Llegaban al duelo ante Golden State Warriors tras cinco partidos consecutivos sin ganar, aunque sacaron fuerzas para imponerse y poner fin así, de la mejor manera posible, a una racha especialmente preocupante. No vencían desde el debut en la presente edición de la NBA, el pasado 20 de octubre, contra Orlando Magic (113-109).
Cuatro jugadores del equipo de Detroit pudieron superar la veintena de puntos: desde los 21 de Bojan Bogdanovic hasta los 28 de Saddiq Bey. Nada mal estuvieron Cade Cunningham (23), que se quedó al borde del triple-doble, e Isaiah Stewart (24), ambos igualmente destacados. Este último, además, fue el mejor en la faceta del rebote (13).
Los visitantes llegaron a disfrutar de una ventaja de diez puntos al inicio del segundo cuarto, justo antes de encajar un duro parcial de 15-2 e incluso estuvieron, ya en el tercero, 19 por detrás. Tampoco pudieron reducir en exceso dicha diferencia en el último tramo del encuentro, como bien demuestra el resultado final (128-114).