La buena relación entre ambos bicampeones mundiales viene de hace muchos años. Cuando Alonso comenzaba en la F1 compartió parrilla -que no equipo- con su padre, Jos Verstappen (51). Y el pequeño Max disfrutaba con el español mientras soñaba con emularlo.
Luego llegaría el debut en la máxima categoría del automovilismo con apenas 17 años, lo que hizo que algunos criticasen que se le diese al holandés esa oportunidad tan joven. No lo hizo Alonso, quien, al contrario, lo defendió. Max nunca ha ocultado su admiración para con el asturiano, del mismo modo que este, siempre que puede, le devuelve los elogios.
El último episodio de buen rollo vivido entre ellos se ha producido en Australia, en la rueda de prensa oficial del Gran Premio en Albert Park. Allí el líder del Mundial ha pronosticado que Fernando no sólo ganará su carrera número 33 sino incluso más. "Me alegraría mucho verle ganar, pero no sólo la 33, quiero verle ganar más. Merece más victorias".
Ese número se ha convertido en algo más que un reto para el de Aston Martin. España entera está volcada con ese 33. Incluso Carlos Alcaraz, número 1 del tenis, le dedicó una victoria en el torneo de Miami que está disputando. "Ojalá poder conseguir la victoria 33... y poder ir a por la 34".
Ese 33 en común
Casualidad, pero con ese 33 debutó Max Verstappen en la Fórmula 1. Un dorsal que sólo cambió cuando atrapó el 1 de campeón mundial que no quiere soltar. Alonso, que desde que los números son fijos eligió el 14, incluso bromea con la posibilidad de cambiarlo. "Si Max todavía lleva el número 1, pediré el 33 el próximo año".
Bromas aparte, lo que está claro es que el cambio a Aston Martin le ha sentado de maravilla al veterano piloto. Y su ilusión ha traspasado fronteras, retornando aquella 'alonsomanía' que inundó el país en su primera época en Renault.
"Es una locura ver cómo España está ahora entusiasmada con la Fórmula 1 por todo lo que está sucediendo. Han disfrutado estos primeros dos podios y en Barcelona será un ambiente enorme otra vez". Pero antes, toca Melbourne, donde espera poder seguir luchando en las primeras plazas y, por qué no, y con permiso de Verstappen -y de Checo-, por el ansiado triunfo.