Pese a que la temporada no ha podido empezar mejor en lo deportivo -dos dobletes de Max Verstappen y Checo Pérez en dos Grandes Premios-, durante el fin de semana de Arabia Saudí, Red Bull fue casi más noticia por sus líos extradeportivos que por los resultados en la pista.

Uno de los mayores problemas fue el enfrentamiento que mantiene desde hace tiempo el padre del líder del Mundial de Fórmula 1 con Christian Horner, implicado en un turbio caso de acoso que le tiene muy cerca de ver la puerta de salida de la escudería del toro rojo.

Sin embargo, tras la tempestad llega la calma. Al menos eso ha pedido Jos Verstappen de cara a Australia: "Esto es parte de esto (la F1), pero es necesario calmar todo esto. Es necesario recuperar la calma en el equipo, pero dadas las circunstancias, llevará tiempo, creo", dijo el neerlandés en declaraciones al medio Sporza.

"No puedo decir mucho más, espero que se puedan volver a concentrar en correr, que, al final, es de lo que se trata", agregó el progenitor del tricampeón mundial. Un cambio de rumbo llamativo, sobre todo teniendo en cuenta que llegó a insinuar que su retoño podría abandonar el equipo si todo seguía igual.

Todo bien con Max

En la misma línea de apaciguamiento mostrada con las otras declaraciones, Jos aseguró que su hijo tiene una fantástica relación con la gente del box de Red Bull: "Lo importante es que Max siga ganando, haga lo que haga. El coche va muy bien y entre los ingenieros y él no hay nada malo", indicó.

Finalmente, admitió que a Max no terminan de agradarle todas las preguntas que recibe acerca del 'Caso Horner': "Max puede evadirse, en parte, pero le hacen un montón de preguntas sobre ello. Eso no le gusta, pero es parte de la Fórmula 1", concluyó.