A 20 kilómetros de la salida, un grupo de cinco corredores, entre ellos cuatro checos - Michal Kukrle, Daniel Turek, Michael Boroš y Tomáš Kalojíros- se metió en la escapada. El grupo se mantuvo en cabeza durante mucho tiempo, y en un momento dado llegó a tener una ventaja de casi siete minutos y medio. Todo el pelotón empezó a hacerse pedazos en la primera subida a Dlouhé stráně, con Kukrle y Boroš aún entre los primeros en descender, pero la segunda subida a una de las colinas más duras volvió a mezclar al pelotón. El equipo Jumbo-Visma estuvo muy activo, marcando un ritmo enorme y gracias a ello el primero de sus corredores llegó a meta.
"Realmente estoy muy cansado, hemos acelerado mucho en la segunda subida y hemos conseguido algo de ventaja, al final estábamos luchando junto con Florian, él era muy fuerte. Aunque he dado lo mejor de mí, ya no he podido escaparme de él. Al final fue sobre todo una batalla mental", dijo el ganador de la etapa de hoy, que el año pasado fue tercero en el Tour checo en Dlouhé stráiny. "No he conseguido el maillot amarillo, pero mi primera victoria profesional cuenta. Sólo un día más, no hay tiempo para pensar en nada más, quiero ganar", dijo.
Jakub Otruba también se benefició del ritmo del equipo Jumbo, como mejor corredor checo hoy repitió su octavo puesto en la etapa del viernes y ahora es quinto en la general con una pérdida de dos segundos. "Desde la primera subida a la ladera de Dlouhé el ritmo fue alto y lo mantuvimos hasta el final", dijo Otruba. Seguía en el grupo de cabeza en la primera subida, pero en la segunda marcó su propio ritmo. "Resultó que el octavo puesto probablemente me pertenece aquí", sonrió. "Mañana también es una etapa muy dura, todavía hay algo que ganar. Es una gran motivación para mí intentar subir al podio", añadió.