Ya no hay red. La selección española no puede fallar en lo que queda de Campeonato de Europa. Así está hecho este torneo. Croacia era la rival más complicada en esta primera fase y vaya si demostró por qué.
Con un 6-0 durísimo en defensa y con una velocidad en transición extraordinaria pusieron en jaque las ideas de España. Desde el principio, Jordi Ribera buscó soluciones, pero tras el 1-4 inicial la renta no disminuía (4-7).
No se había llegado al ecuador y la presión iba en aumento, especialmente cuando apareció Filip Ivic en la meta croata y su efectividad no decayó ni un instante. Así se llegó al descanso con un peligroso 14-18.
Un acierto ofensivo irrepetible
Había que reaccionar, aprovechar el descanso para bajar los humos balcánicos. Pero no hubo forma. Salieron más enchufados con el dúo Cindric-Nacinovic. Anotando por encima del 90 % era imposible reducir distancias. Ni con Pérez de Vargas ni con Hernández en la portería. Así que a 20 minutos del final, la victoria era un imposible (19-27).
Y aunque los Hispanos siguieron intentándolo, fieles a su ADN, no hubo forma de que Croacia bajase el pistón, dejando el marcador en el sonrojante 29-39.
El único consuelo es que aún quedan dos partidos, ante Austria, el martes, y Rumanía, el domingo, para, al menos pasar a la Main Round. Luego, ya habrá tiempo para pensar en cruces y otras cosas.