Los Warriors, desplomados al décimo puesto de la Conferencia Oeste (balance de seis victorias y ocho derrotas), tuvieron en su mano acabar con su mala racha cuando Andrew Wiggins anotó un triple que parecía definitivo a 1,6 segundos para el final.
Pero cuando los 18.000 aficionados del Chase Center celebraban el triunfo, el novato Chet Holmgren recibió la bola en una esquina y clavó un triple a la media vuelta que enviaba el choque a la prórroga.
Holmgren, un pívot de 2,16m que se perdió toda la pasada temporada por lesión, firmó su mejor partido en la NBA con un total de 36 puntos (14 de 22 en tiros de campo) y una decena de rebotes.
En el tiempo extra fue el canadiense Shai Gilgeous-Alexander quien tomó el mando de las operaciones de Oklahoma City Thunder anotando diez tantos sin fallo para acabar con un total de 40 (más media docena de rebotes y asistencias).
El base All-Star finiquitó el partido colocando un espectacular tapón a Stephen Curry en la línea del triple y sus Thunder festejaron el triunfo tras imponerse por 130-123.
En su regreso a las pistas, Curry logró 25 puntos, con ocho de 21 en tiros, tras dos partidos de baja por molestias en la rodilla derecha.
Cabe destacar que apuró su recuperación para intentar rescatar a un equipo sin rumbo que tampoco cuenta con Draymond Green, a quien le quedan tres encuentros por cumplir de la sanción recibida por su violento agarrón del cuello a Rudy Gobert (Timberwolves).
Por el contrario, Oklahoma, que ya había ganado el jueves en San Francisco, se consolida como una de las franquicias con más futuro en la NBA gracias a sus seis victorias en los últimos siete partidos y ya escala hasta la cuarta plaza del Oeste (9-4).