P. Ante la inminencia de un nuevo Mundial ¿qué recuerdos le vienen a la cabeza de aquel inolvidable título en 2006? 

R. Sobre todo, la forma en que se celebró. Recuerdo la preparación, porque lo hicimos muy bien y el ambiente fue fantástico. Creamos un buen grupo. La base fue ideal para poder construir lo que luego hicimos. 

P. Fueron semanas de emociones muy intensas en todos los sentidos ¿con qué momento más emotivo se queda de todos los que vivió en Japón? R. Lo mejor para mí fue saber que estábamos preparados para todo, como así sucedió, incluso para afrontar la lesión de Pau Gasol en la semifinal ante Argentina. Todos estaban implicados y sabíamos que sólo como equipo podíamos competir y ganar. Lo demostramos en la final. Grecia era el campeón de Europa, había eliminado a Estados Unidos, no teníamos a nuestro jugador más importante y MVP posterior del campeonato y ganamos por 23 puntos de diferencia. Hicimos un buen trabajo y demostramos ser un grupo muy compacto. 

P. Usted perdió a su padre poco antes de la gran final, del partido de su vida ¿cómo gestionó aquella situación? 

R. Básicamente, con el apoyo de mis compañeros del cuerpo técnico de la selección. Mis ayudantes eran los únicos que conocían la noticia. Recibí una gran ayuda por su parte y estuvieron muy pendientes por si tenía algún despiste o no me veían muy centrado. No obstante, la final fue de maravilla y yo pude concentrarme en el partido. Los jugadores lo pusieron fácil por la demostración que hicieron. 

P. ¿Cuál fue su sentimiento al acabar? ¿Fue agridulce? 

R. Lo primero que hice fue acordarme de mi padre porque me dolió mucho que se perdiera esa final pero no quería eclipsar la inmensa alegría de todos. Él fue quien me llevó de la mano al Ramiro de Maeztu (colegio de Madrid donde el baloncesto es casi religión) cuando tenía siete años y vi por primera aquella enorme “plantación de canastas”.

P. ¿Recuerda algún mensaje especial en aquellos momentos tan contradictorios en el aspecto anímico? 

R. Siempre recuerdo uno de un amigo que me dijo que había hecho lo correcto estando con el equipo en la final. Eso me hizo ilusión. 

P.  Se ganó el partido a Grecia con suficiencia y sin Pau Gasol ¿se imaginó una victoria tan contundente antes de la final?

R. Por supuesto que no. Pensaba que sería un choque mucho más disputado pero lo cierto es que apenas les dimos opción. Navarro y Garbajosa, que no estuvieron bien en la semifinal, lo hicieron de lujo en la final. Un jugador griego me dijo después de aquella final que jamás en la vida se habían sentido tan impotentes en ataque por la gran defensa que hicimos. Dejamos a los griegos en 47 puntos y eso tuvo mucho mérito. Fue una gran demostración defensiva y un trabajo de grupo, con ayudas continuas. 

¡Qué bien lo ha hecho Pepu!

P.  Tras el regreso a España hubo una celebración por todo lo alto, la gente salió a la calle, como ahora con el Mundial femenino y usted dijo aquello en la Plaza Castilla de Madrid de “ba-lon-ces-to” para recalcar la relevancia del éxito logrado ¿Qué es lo que más recuerda de aquel festejo? 

R. Hubo momentos extraordinarios. La fiesta fue increíble. Pasamos una gran noche en Tokio y luego seguimos en España. Cuando íbamos del hotel al aeropuerto de Narita para volver a Madrid, muchos jugadores iban dormidos en el autobús pero escuché una conversación de dos que estaban despiertos. Uno le dijo al otro: “Qué bien lo ha hecho Pepu ¿verdad?”. Aquello me emocionó porque no es normal que los jugadores se expresen así sobre su entrenador. Me di cuenta que me consideraban parte del equipo de verdad. Supuso un premio para mí. Puede parecer una tontería pero no lo es.

P. En 2008 sufrió una destitución desagradable por decisión de José Luis Sáez, el entonces presidente ¿le dolió por lo injusto que fue? 

R. Yo sabía que con aquel presidente era difícil trabajar y el tiempo me ha dado la razón. Está imputado por distintos cargos y tuvo que dejar la Federación. Hubo una pérdida de confianza total entre ambos y en algunos momentos comprendí que las cosas no iban bien en la relación con él. Fuimos subcampeones de Europa tras ganar el Mundial pero en el plano personal la cosa se enturbió mucho. 

P. Usted contribuyó también a crear un semillero que nos está dando muchos éxitos en todas las categorías. Ahora llega otro Mundial ¿qué espera de la selección española de Scariolo? 

R. Pedir siempre una medalla, aunque el listón esté muy alto, me parece excesivo. Les podemos pedir que nos diviertan y que demuestren que hay un estilo y una forma de trabajar. Que eso se traduzca o no en metal es otra cosa. El éxito es el trabajo que se ha hecho durante este tiempo y el legado que están dejando los jugadores que están y los que ya se han ido. La selección está en disposición de competir con todos. También puede perder y es posible que no haya medalla, pero da igual. Si demuestran esfuerzo y compromiso, como han hecho siempre, a mí me va a satisfacer mucho y al resto de aficionados también debería alegrarles aunque no vuelvan con una medalla. 

P. ¿Pepu Hernández firmaría un bronce ahora o se puede aspirar a más?

R. Tal vez pero este equipo siempre sorprende. Es muy competitivo y es muy difícil que nos ganen. El trabajo defensivo y táctico es muy bueno, Scariolo da a los jugadores lo que necesitan en cada momento y somos un equipo a batir. Los equipos quieren a ganar a España porque es el nº1 de FIBA y el actual campeón del mundo. Por esa razón no firmo nada antes de empezar. 

P. En aquel Mundial de 2006 estaba Rudy Fernández y ahí sigue ¿es el líder actual del grupo? 

R. A mí no me gustan los liderazgos individuales sino colectivos. En Japón lo era Pau pero también el resto a su modo. Rudy, a su edad, aún es el que más se tira para recuperar balones. Es un ejemplo. Creo que tendrá un gran peso en el grupo. Tal vez no con muchos minutos en la cancha pero sí como referencia para todos. 

P. ¿Es capaz de dar su terna de candidatos para las medallas?

R. Estados Unidos, Canadá y España son claros candidatos, sin duda. Ha sido un acierto jugar contra ellos en la fase de preparación. Hay bajas e influirán en los equipos. No soy muy de pronósticos pero sí de buenas sensaciones y en este caso las tengo. 

P. ¿Qué significa para Pau y para el baloncesto español que haya entrado en el mítico Hall of Fame? 

R. Es otro hito más en su increíble carrera. Su trayectoria ha sido un sueño perfecto. Es uno de los jugadores más importantes de todos los tiempos en Europa y en Estados Unidos y él está tratando de devolver a toda la afición española el apoyo que ha tenido siempre. Ha sido un placer verlo jugar y es muy positivo todo lo que está haciendo para la sociedad.