El conjunto canario salió con mucha fuerza sabiendo que tenía que conseguir una victoria complicada en una cancha difícil para seguir vivo en la competición. El primer parcial (13-22) les daba esperanzas de poder dar la campanada en el Carpena.

Sin embargo, los de Ibon Navarro, salieron al segundo cuarto con una cara completamente diferente. Basándose en una gran defensa, con buenas transiciones y un magnífico porcentaje de tiro, los malagueños devolvieron la moneda a los canarios con unos diez minutos soberbios en los que puso el rumbo del duelo muy a su favor. El 37-14 del segundo parcial dejó tocado y casi hundido a Lenovo Tenerife, cuya ilusión del comienzo se hundió completamente. Se marchó al vestuario 14 abajo en el marcador.

Tyler Kalinoski lideró el ataque de su equipo. El escolta de Cincinati acabó el encuentro con 21 puntos y 18 de valoración. 

En el tercer cuarto, los andaluces se dedicaron a controlar el partido y tratar de evitar canastas fáciles de un Lenovo al que no le salían las cosas. Shermadini seguía gafado de cara a canasta y su equipo lo notaba sobremanera. Un 26-21 en la tercera parte del encuentro dejaba ya sin opciones de remontada a un Lenovo muy desanimado. El último cuarto fue casi ver pasar el tiempo para saber cuál sería el resultado final. La autoridad de Unicaja fue muy superior a las expectativas generadas en torno a una eliminatoria que se presumía más igualada. 

Al margen del brillante Kalinovski, Kendrick Perry (con una serie casi perfecta en el lanzamiento) y Darío Brizuela también mantuvieron un buen tono en ataque. 

En los visitantes, los pírricos tres puntos con los que acabó Gio Shermadini (conseguidos gracias a los tiros libres), supuso un lastre insalvable para su equipo. Ni Fernández, ni Fitipaldo ni Abromaitis pudieron suplir ese agujero tan grande. Triste final para una buena temporada de los canarios. 

Barça y Valencia, con ventaja para los culés, se jugarán la última plaza disponible para semifinales.