Sabedores de que había que ganar o ganar, aprovechando además la ausencia por motivos disciplinarios de Mike James, los taronja aparecieron en el parqué muy activos en ataque con un Chris Jones que marcó los tiempos en esos primeros compases.
Sin embargo, la fina línea que separa el éxito del fracaso hizo que se empachasen a triples y comenzasen a fallar, haciéndoles no sólo perder la ventaja de +8 que había acumulado en gran parte del primer cuarto sino poniéndose con -8 (42-34).
La defensa hacía aguas y no se arregló tras el descanso. El plan de lanzar tiros lejanos, y sólo eso, es tan arriesgado como jugar a cara o cruz. La resultante fue un 10-0 de inicio y una desventaja ante los locales de -17. ¿Cambiaron de táctica? Pues no. Sólo había una táctica y en algún momento tendría que funcionar. Y lo hizo con un par de buenas jugadas de Dubljevic y algún lanzamiento exterior de Webb III, llegando a ponerse solo cuatro abajo.
Parecía que lo más difícil estaba hecho, pero la irregularidad es una de las características que no abandona a este Valencia. Así que volvieron a darle vida al Mónaco y esta vez sí fueron capaces de despegarse definitivamente para dilapidar casi todas sus opciones de colarse en los cuartos de la máxima competición continental. Todo lo contrario que los del Principado, que suman ya cinco victorias seguidas, se han clasificado para los playoffs y son cuartos, con el mismo balance que el Barcelona y dos de ventaja sobre el quinto, el Fenerbahçe.
A pesar de la derrota, fueron Jones (17 puntos) y Dubljevic (15 puntos y 11 rebotes), los que mejores números presentaron. El más acertado de los monegascos, Okobo, con 14 puntos y 7 asistencias.