Es sólo uno de los objetivos que tenían los blancos en esta recta final de la fase regular. El otro es romper la igualdad ante el Olympiacos para conseguir el liderato. Ambos están igualados a 22 triunfos a falta de tres jornadas para la conclusión de la liga.

Esta nueva victoria blanca llegó gracias al buen hacer en ataque, con una buena selección de tiros y acierto exterior en la primera mitad, y con una gran defensa y saber estar en la segunda. Exhibición de recursos, por tanto ante un buen equipo que también demostró un gran potencial ofensivo tras el salto inicial, pero fue incapaz de superar la intensidad de los locales.

Fue un intercambio de canastas de esos que gustan al espectador neutral lo que se pudo ver en el Wizink Center durante el primer cuarto (24-21), donde Musa empezó a hacer de las suyas junto a Gaby Deck. Sólo enturbió ese buen ritmo la tercera falta de Tavares. Pero casi fue hasta mejor para permitir a Poirier frenar a los pivots rivales. Desde ahí creció el equipo para dificultar el juego otomano y poner los cimientos de la victoria con un 23-11 de parcial y un 8/11 en triples. 

Y aunque Dorsey, Calathes y Hayes redujeron distancias (+11) antes del descanso (49-44), tras el paso por vestuarios los de Mateo apretaron arriba y abajo para ponerse con 12 puntos de diferencia (56-44). Buenos minutos de Musa, Hanga y Deck, a los que se sumó en el último cuarto el incombustible Rudy, que hicieron imposible, a pesar de los intentos, la remontada del Fenerbahçe. 

Los más destacados de los de Estambul, Hayes, con 17 puntos y 5 rebotes, y Calathes, con 12 puntos, 6 rebotes y 6 asistencias. Por parte del Real Madrid, Musa fue el máximo anotador con 16 puntos, pero fueron clave también Hanga, con 11 puntos y 7 asistencias, y Deck con 6 puntos, 8 rebotes y 5 asistencias.

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