Los de Vitoria afrontaban el duelo con un 2x1 de oferta. Por un lado, aproximarse a la codiciada sexta plaza, la última que da acceso directo a las eliminatorias por el título. Por el otro, dejar atrás al Partizán en la lucha por el play-in. Pero fallaron.
Se encontraron con un rival que no podía permitirse el lujo de perder y que aupado por su afición, siempre, salvo el 7-7, fue por delante en el electrónico del Stark Arena.
Liderados por la facilidad anotadora de Kaminsky (20 puntos), Cabocio (18 p y 13 rebotes) y Kevin Punter (18 p y 6 asistencias), el Baskonia sufrió de lo lindo, especialmente por sus constantes pérdidas de balón. Y eso que Markus Howard volvió a hacer de las suyas con sus 26 puntos.
Un mal inicio
Ya en el primer cuarto se vio que los serbios tenían un puntito más de todo, de agresividad, de acierto y de ganas. El primer parcial se lo llevaron 23-16. Y aunque reaccionaron los de Ivanovic en el segundo, donde llegaron a perder de 11, con una buena recta final (44-42), en la reanudación todo se torció. Para colmo de males, Sedekerskis se dañó la rodilla izquierda tras un mate y no pinta nada bien.
En la vuelta a la cancha, salieron los de Obradovic muy entonados, seleccionando muy bien los tiros, repartiendo asistencias y castigando las pérdidas del rival. Disfrutaron de un +11 que se quedó en un 69-60 antes de entrar en el último cuarto.
Ahí, sobre todo en los dos últimos minutos y con Howard de ejecutor, apareció el punto de orgullo de los vascos. Y si bien se llevaron el disgusto de ver cómo Sedekerskis intentó volver sin que la rodilla le respondiera, fueron capaces de ponerse a sólo dos (85-83) ya dentro del último minuto. Pero PJ Dozier anotó la canasta decisiva que hizo inútiles los esfuerzos baskonistas y que selló el partido con victoria serbia, la 14ª. Con dos más está el Baskonia.