Ferrari salió del Gran Premio de Canadá sin podios pero con un soplo de optimismo dado por la velocidad en carrera, finalmente casi al ritmo de los líderes. Una actuación que les permitió pasar del décimo y undécimo puesto de la parrilla al cuarto y quinto. Mérito también de una estrategia en boxes que por fin dio en el clavo.

Sobre todo, Leclerc parecía satisfecho, mientras recuperaba en parte la sonrisa: "Las sensaciones con el coche fueron mejores que en la primera parte de la temporada... así que es positivo. Pero el cuarto puesto no es donde queremos estar. Queremos volver a luchar por la primera posición", señaló el piloto de Rossa.

¿Defectos enmascarados por el circuito?

El director del equipo, Fred Vasseur, también afirmó que "el equipo va en la buena dirección" y que en Barcelona por fin entendieron dónde intervenir. Ambos, sin embargo, advierten contra las expectativas excesivas. De hecho, las características del circuito canadiense son perfectas para enmascarar los defectos del pelirrojo: curvas lentas y una superficie de baja abrasión han permitido a Ferrari evitar la brecha de velocidad en las curvas y el uso excesivo de neumáticos.

Algo más se sabrá en el próximo GP de Austria, con el fin de semana previsto del 30 de junio al 2 de julio: "Las sensaciones fueron buenas, pero esta pista es muy especial", dice Leclerc, "así que esperaría a Austria para confirmar las sensaciones de este fin de semana".

Carlos Sainz coincide: "Nuestro ritmo en Austria también dependerá de las características del circuito. Nuestro ritmo varía mucho en función de esto. Hemos visto que en sitios como Mónaco o Canadá somos más fuertes que en lugares con curvas de alta velocidad como Barcelona, donde nos cuesta más. Creo que nuestra competitividad variará", dijo el español.

Así que a los aficionados de la Rossa sólo les queda esperar y cruzar los dedos. Esta vez con un poco más de esperanza.