Carlos Sainz tuvo que afrontar un examen dificilísimo en el Gran Premio de Japón. Ya sabía que iba a haber escasas similitudes respecto a Australia, donde reinó tras el abandono del vigente campeón. Incluso con la presencia del neerlandés parecía tener serias opciones de triunfar, nada que ver con lo de este domingo. Así, su techo era el tercer escalón (Sergio Pérez iba a otra velocidad también) y fue capaz de ganar 'la otra carrera'.
"Estoy muy contento porque son tres podios y una victoria. Ha sido muy luchado porque ha habido que pasar a muchos coches en pista. (...) Ha habido un momento en el que parecía que se me estaba complicando todo. Pensaba que iba a acabar cuarto o quinto, detrás de Charles y Lando (Norris), pero luego, con la dura nueva, me he encontrado muy bien para atacar y hacer los adelantamientos que tocaban", explicó ante el micrófono de DAZN.
"Lo puedes mirar de dos maneras. Es una pena no seguir el año que viene visto lo bien que estamos yendo con Ferrari y con mi grupo de ingenieros y mecánicos. No se le puede pedir más al trabajo que estamos haciendo, así que da un poco de rabia tener que irse. Por otro lado, me abre puertas y la posibilidad de ir a otro equipo para, espero, luchar algún día por ese Mundial que llevo buscando tres o cuatro años en Ferrari", siguió.
Sainz empieza a jugar sus cartas de cara a la próxima campaña. Es consciente de que por su gran rendimiento sobre el asfalto es ahora un caramelito en el mercado y no deja pasar la oportunidad para dejarse querer por el resto de escuderías, especialmente aquellas que aspiran a lograr cosas importantes. "Tocará tomar decisiones importantes, ver qué opciones hay. La gente ya sabe que disponible estoy y rápido voy", apuntó con una sonrisa en el rostro.