Eliud Kipchoge (38) se resarció de lo ocurrido en abril del presente año, cuando acudió a Boston para conquistar su quinto Major. La lluvia fue protagonista de una jornada en la cual Evans Chebet fue el gran triunfador. Han pasado seis meses desde aquello, tiempo de sobra para recuperarse tanto física como mentalmente. Y su vuelta al asfalto fue como muchas voces autorizadas pronosticaban: con victoria y sin batir el récord del mundo -que es suyo y está en 2:01:09-.

El keniano cruzó la línea de meta en dos horas, dos minutos y 42 segundos. Sus más inmediatos perseguidores fueron Vincent Kipkemoi (2:03:13) y Tadese Takele (2:03:24), aunque su principal batalla estaba con esa recordada marca, que lleva en su mente desde septiembre del pasado año. A la mitad del recorrido, la proyección era muy buena (1:00:22), pero pasado el kilómetro 30, sobre todo cuando faltaron las ayudas, se vio obligado a bajar el ritmo.

Kipchoge, que ya piensa en los Juegos Olímpicos de París, es el único hombre que ha logrado conquistar el maratón de Berlín en cinco ocasiones. Se siente como en casa en una ciudad que, desde hace tiempo, lleva en su corazón. Pese a estar muy cerca de los 39 años -los cumplirá en noviembre-, sigue ganando y, de paso, haciendo historia (como cuando bajó de los 120' en la distancia reina, pero lo hizo en unas condiciones muy determinadas y no reconocidas oficialmente).

Pese a que era el gran nombre propio antes de la cita, la mayoría de los titulares se los llevó Tigst Assefa, que le pegó un buen mordisco al récord mundial que estableció Brigid Kosgei, allá por 2019, en Chicago. El registro de esta última se ubica ahora en un segundo plano, desde este domingo, por culpa de la etíope, quien fue capaz de completar los 42 km y 195 metros en 2:11:53. Y lo hizo con unas zapatillas (Adizero Adios Pro Evo 1) que están valoradas en 500€.