Argentina, campeona del mundo, Messi ya tiene su estrella

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Argentina, campeona del mundo, Messi ya tiene su estrella

Argentina, campeona del mundo, Messi ya tiene su estrella
Argentina, campeona del mundo, Messi ya tiene su estrellaAFP
Argentina ya es campeona del mundo. Después de un partido monumental que tenía ganado 2-0 en el minuto 80 con tantos de Messi y Di María, Mbappé anotó un doblete en un minuto y llevó el duelo a la prórroga. En el tiempo extra, volvieron a anotar Messi y Mbappé, y en los penaltis, los argentinos, con Dibu de héroe y Montiel anotando el decisivo, se cosieron al pecho su tercera estrella.

El sueño de toda una vida. Levantar la Copa del Mundo para contemplar, junto a otros dioses del Olimpo del fútbol, la felicidad suprema de todo un país. Eso significa ser campeón mundial, el mejor de los mejores.

Eso es ya Leo Messi, que le ha dado a Argentina su tercera estrella, la única que le faltaba al 10 para avivar el debate sobre si es o no el mejor jugador de la historia. Aunque eso ahora importa poco. Toca celebrar en la Scaloneta, sentirse orgulloso de la Albiceleste, disfrutar del éxito y proclamar a los cuatro vientos en el Obelisco que lo de ‘no llores por mí, Argentina’ tiene su vertiente positiva. Porque se puede llorar, y anda que no lloran ahora los argentinos, pero de felicidad suprema y eterna porque son, otra vez, campeones del mundo. 

Y lo son porque supieron sufrir de lo lindo. Durante 80 minutos fueron mucho mejores, se sintieron vencedores, pero Mbappé, en dos minutos, llevó el encuentro a la prórroga y les metió el miedo en el cuerpo. En ese tiempo extra, volvieron los argentinos a dar la vida, a rezar a los santos, a invocar al Diego. Y respondieron todos para iluminar a Messi y volver a poner en ventaja a la Albiceleste.

Pero para ganar una Copa del Mundo hay que sufrir hasta la extenuación y Mbpapé no se iba a rendir para, de nuevo de penalti, igualar y llevar el choque a la tanda de penas máximas. Ahí, el Dibu se vistió de héroe parando a Coman e intimidando a Tchouaméni para que Montiel, tras los aciertos de Messi, Dybala y Paredes, llevase la gloria a su país.

Argentina, qué linda primera parte

Argentina quiso ganar la Copa desde el saque inicial. Porque salieron más motivados que Francia, porque no había un mañana sin triunfo sino un hoy con victoria. Porque las finales no se juegan, se ganan. Y eso quiso Argentina desde el saque inicial. Lo avisó Mac Allister en cuanto tuvo un metro. Lloris respondió bien colocado, pero fue sólo un aviso de lo que estaba por llegar. Messi comenzó a aparecer entre líneas y a conectar con un eléctrico Di María. Chispas saltaban cada vez que ambos se asociaban sin que los franceses pudiesen hacer nada por impedirlo. 

Momentos de Argentina-Francia
Momentos de Argentina-FranciaOpta by Stats Perform

Di María, qué exhibición

El Fideo, mermado físicamente la última semana, fue la sorpresa de Scaloni en el once. Por ahí ganó la partida táctica a Deschamps. Y por ahí llegó la primera gran ocasión de gol. Se salvaron Les Bleus porque le llegó a la derecha y botando. Casi acaba en Buenos Aires el lanzamiento. Pero como se quedó con las ganas, a la siguiente lo volvió a intentar para romper a Dembélé y dejarle de pardillo. El barcelonista, una sombra del que puede ser, se comió el amague y luego trabó por detrás al argentino. Penalti que Messi no podía fallar. Era su momento, cerró los ojos, buscó concentración y cuando los abrió miró a su mejor amigo, el balón, para que entrase en el lado contrario al que se había lanzado Lloris. Explosión de júbilo en las gradas, con mayoría sudamericana, al verse por delante en la finalísima. 

Quedaba un mundo por delante, aún no se había cumplido ni el minuto 25, pero Francia estaba desarbolada, cortocircuitada, irreconocible. Nada por dentro, nada por fuera. Mbappé, un fantasma; Griezmann, desaparecido. En cambio, el rival daba la vida por cada balón suelto, qué compromiso defensivo. Y qué clase la de Messi, de nuevo él, para habilitar con un sutil toque de primeras a Mac Allister. El ‘escocés’ corrió al espacio, condujo hasta el momento preciso para regalarle el balón a Di María y que este anotase el segundo. Qué relindo tanto de contragolpe. 

Estadísticas Argentina-Francia
Estadísticas Argentina-FranciaOpta by Stats Perform

Con 2-0 en contra, Dembéle y Giroud, fuera

Deschamps reaccionó sacando del campo antes del descanso al desastroso Dembélé y, sorprendentemente, a Giroud, quien no se lo podía creer, como media Francia por otra parte. El técnico no podía esperar más en busca de algo a lo que agarrarse y entraron Kolo Muani y Thuram para colocar a Mbappé de 9. Pero si algo tenía cambiar, ya sería en la segunda mitad. 

O no, porque salieron de los vestuarios mordiendo de nuevo los argentinos. Di María volvía loco a Koundé y Lloris tuvo que responder a una volea con muy malas intenciones de De Paul. Mientras, el Dibu, en la otra portería, sin trabajo, se podía dar hasta el lujo de deleitarse con los ‘muchachos, ahora nos volvimos a ilusionar, quiero ganar la tercera, quiero ser campeón mundial, y al Diego, en el cielo, lo podemos ver con don Diego y con la Tota alentándolo a Lionel’.

Sin embargo, a Leo no se le vio en la segunda parte. La orden era no arriesgar, mantenerlo fresco y que sólo apareciese cuando pudiera ser decisivo. Al resto le tocaba esperar, defender y correr sin balón para que los franceses no pudieran ni respirar. Y así fue hasta que se lió la mundial.

Mbappé, qué brutalidad

Mbappé aún no había aparecido. Tardó 80 minutos en hacerlo, pero cuando lo hizo, todo cambió. Primero, con un error de Otamendi, que pagó caro no despejar con contundencia y cometió penalti sobre Kolo Muani. El 10 parisino, como Messi antes, no iba a desperdiciar la pena máxima. Vida extra que, un minuto después, iba a convertir en empate el propio Mbappé con un escorzo extraordinario para llevar el choque a una prórroga que se jugó porque Martínez y Lloris, con sendas intervenciones decisivas, así lo quisieron.

Messi y Mbappé, estrellas mundiales

Las fuerzas en el tiempo extra ya estaban muy justas, si bien Francia parecía más entera. Y también parecía que el fútbol le tenía guardada la estrella a Messi cuando apareció en el sitio exacto para rematar un rechace de Lloris a disparo de Lautaro. Otra vez a rozar la Copa. Y otra vez Mbappé para quitarle la miel de los labios con un penalti por manos de Montiel a cuatro minutos del cierre. Hat trick del parisino y vuelta a empezar porque el Dibu le sacó un mano a mano increíble a Muani y en la continuación Lautaro erró un testarazo que pudo cambiar todo. 

El campeón se decidiría en los penaltis. Las estrellas dieron ejemplo y tiraron primero. No erraron, prohibido fallar. Pero sí lo hizo Coman, al que Martínez adivinó la intención, y Dybala, que había entrado para esto, acertó y puso en ventaja a los suyos. Le tocaba a Tchouaméni, pero le pudo la presión y su disparo salió fuera. Esto le dio alas a Paredes, que puso el 3-1. Kolo Muani puso incertidumbre, pero en el primer match ball, Montiel escribió su nombre con letras de oro en la historia de los Mundiales. Argentina, campeona del mundo.