Ancelotti- Xavi, duelo de experiencia y convicción en los banquillos de El Clásico

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Ancelotti- Xavi, duelo de experiencia y convicción en los banquillos de El Clásico
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Ancelotti- Xavi, duelo de experiencia y convicción en los banquillos de El Clásico
Ancelotti- Xavi, duelo de experiencia y convicción en los banquillos de El ClásicoProfimedia
El entrenador italiano recorre el mundo del fútbol desde hace más de cuatro décadas. El catalán, en contraste, llegó el año pasado como el “salvavidas” de Joan Laporta tras la estrepitosa salida de Ronald Koeman. En sí, en los banquillos chocan los conceptos de experiencia, en el bando de Ancelotti y de convicción, en el de Hernández

Un clásico es un partido diferente, sin complejos, sin favoritos. Un enfrentamiento entre el Real Madrid y el Barcelona, en La Liga, cumple con los dos requisitos anteriores que encajan en las características de un encuentro de este talante. 

En los banquillos del Santiago Bernabéu se sentarán dos entrenadores que tienen en común su condición de ídolos: Carlo Ancelotti y Xavi Hernández. El italiano, campeón de la Champions en dos oportunidades con los merengues (más otras dos con el AC Milan); el catalán, campeón en tres ocasiones de la Copa de Europa como jugador. 

Tanto Ancelotti como Xavi comparten otro punto, más táctico, además de su condición de ídolos: la creación de un sistema de juego que enamore, que llame la atención y que genere resultados en un mediano plazo. 

Los dos entrenadores sobresalen por instaurar esquemas ofensivos que toman como base la circulación de la pelota. Ancelotti lo hizo en el Bayern, en el AC Milan de Kaká, Pirlo, Gattuso, Shevchenko; en el Napoli. Xavi, por su lado, destacó en Qatar y llevó a Oriente Próximo el ideal del can Barça, el tiki taka de Johan Cruyff. 

El Bernabéu será el lugar en donde el italiano y el catalán volverán a enfrentarse. La tensión, la competitividad y la necesidad de un buen resultado persiguen a los dos planteles que comparten el liderato de La Liga con 22 puntos.

Un Xavi golpeado

Después de la casi eliminación en las primeras de cambio de la UEFA Champions League, El Clásico es un partido de más de tres puntos que le brinda a Xavi la posibilidad de reivindicarse con su afición y demostrar que, al menos en el plano local, puede hacer cosas interesantes o, incluso, ganar títulos. 

Las estadísticas dejan en evidencia a un Barcelona ofensivo, físico, ilusionante. El equipo de Xavi Hernández completa una racha de siete partidos con victorias al hilo; quizás, la única mancha negra del plantel fue el empate sin goles contra el Rayo Vallecano en la primera jornada. 

El Barça sonríe en el torneo doméstico. Los resultados llegan por sí solos. La posesión, la circulación de pelota, la profundidad. La competición local es un ciclo perfecto para los culés. Las virtudes del Barcelona en La Liga son muchas: circulación, manejo de los tiempos del partido, dinámica de juego; profundidad por las bandas, creación de peligro, salida desde el fondo con la pelota en los pies. 

Los puntos negros del Barcelona en el torneo doméstico se han visto en los últimos dos partidos frente al Mallorca y al Celta. Los dos resultados finalizaron con un 1-0 favorable a los de Xavi. Sin embargo, la realidad demuestra que, cuando Robert Lewandowski está desconectado de Pedri y de Gavi, la creación de peligro de los blaugranas es tenue. 

La experiencia de Ancelotti

A diferencia del Barcelona, que sucumbió ante la fría táctica del Inter en la Champions, el Real Madrid vive una etapa dulce de la mano de un entrenador experimentado, tranquilo y versátil. En la Copa de Europa, el cuadro blanco clasificó a los octavos como puntero del grupo. En La Liga, el club comparte el liderato con el conjunto culé con 22 puntos (la diferencia de 20 goles a favor hacen al Barça puntero).

Identificar un sistema de juego específico en Carlo Ancelotti es una tarea difícil. En su segunda instancia como DT del club blanco, el italiano ha apostado por la construcción de una base que se adapte a las necesidades de cada partido. 

Contra el Betis, en el Santiago Bernabéu, el Real Madrid salió con el 4-3-3 de toda la vida. La circulación de la pelota, la ofensividad, la generación de peligro, expusieron a un equipo que quería dominar bajo la premisa de la posesión. El resultado, un 2-1 (Rodrygo y Vinicius/ Sergio Canales) fulminante que se quedó corto. 

Frente al Atlético, Ancelotti decidió implementar un sistema defensivo. El italiano sabía que el cuadro colchonero saldría a presionar alto y a buscar las acciones de pelota quieta. El Real Madrid le entregó por completo la posesión a los de Diego Simeone, quienes circulaban, sin profundidad y sin inquietud, un balón perdido en la mitad del campo. El resultado, el mismo que el del Betis: un 2-1 (Rodrygo- Valverde/ Mario Hermoso) que, al igual que contra el cuadro andaluz, se quedó corto. 

En definitiva, el Real Madrid de Carlo Ancelotti es un equipo compacto, versátil y, en especial, agresivo. El Barcelona de Xavi es, hasta ahora, el mejor club de La Liga. Los números están del lado de Hernández. Sin embargo, el empate en la Champions con el Inter es un factor que impulsa al Barça hacia la creación de una nueva vida.

La experiencia de Ancelotti está entre las fortalezas del Real Madrid. El italiano, ya clasificado a los octavos de Champions, sabe que este domingo tiene la posibilidad de entrerrar al Barcelona y, de esa manera, sentenciar, desde octubre y con un Mundial en la mitad del calendario, el torneo doméstico.