Xavi Hernández sabe que el partido contra el Real Madrid tiene un valor añadido, no solo por el rival al que se mide, sino porque le puede brindar su primer título como líder culé. No es una de esas competiciones con la que los futbolistas sueñan desde críos, pero en según qué momentos puede ganar en importancia. Y así es como se presenta para el que fuese centrocampista del Barcelona y de la selección española.
Hasta la fecha, pese a no haber estado tan cerca de levantar un trofeo, el entrenador ha vivido algunas alegrías para el recuerdo. Una de ellas fue contra el propio conjunto blanco, en el Santiago Bernabéu, hace tan solo unos meses, cuando se llevaron un gran triunfo (0-4) en territorio hostil. Cabe recordar queincluso pudo ganar por una diferencia todavía más abultada, así como que el equipo de Carlo Ancelotti asumió el encuentro con mucha más calma porque estaba en una gran situación a nivel clasificatorio.
No parece que aquel partido se vaya a parecer mucho al de este domingo, sobre todo por ser una final y, además, por el escenario (desde el estadio hasta la afición, seguramente dividida). Tanto Madrid como Barça pasaron a la final a través de los penaltis, con bastante agonía y sufrimiento, después de empatar contra Valencia y Betis respectivamente, así que estuvo muy cerca de repetirse la final de la Copa del Rey, un desenlace indeseado tanto para los saudíes como para la propia Real Federación Española de Fútbol.
Con algo de nervios asumirá el duelo Xavi, quien hubiese preferido no tener que esperar tanto para disputar un partido como este. Perdió la semifinal de esta misma competición hace un año (por 2-3 frente al vigente campeón), cayó eliminado por el Athletic Club en Copa y, después, fue apartado de la Europa League por el Eintracht Frankfurt (tras no conseguir el pase a los octavos de la Champions). Ahora se encuentra a un paso de conquistar la Supercopa de España.