Novak Djokovic (35) llegó al torneo de Banja Luka como el gran favorito, pero ya tuvo que remontar en su debut contra Luca van Assche después de perder el primer set en el tie break, un desenlace que ya hubiera firmado en la segunda ronda. Esta vez se medía a un tenista mucho más hecho, Dusan Lajovic (32), con ganas de dar la campanada y de ocupar las portadas de todos los periódicos serbios.

Pocas veces le va a ocurrir al líder del tenis mundial lo que le pasó este viernes, cuando su oponente aprovechó las dos únicas bolas de break que tuvo durante la manga inaugural y cambió el guion del choque. Por el contrario, Djokovic hizo buena sólo una de 11, un porcentaje inusual y extraño (9%) para un jugador de su talla (lo más llamativo es que incluso empeoró con el paso de los minutos; pasó a ser de un 6% tras cosechar un pésimo 1/16).

Tampoco tenía que cambiar demasiadas cosas para darle la vuelta situación, ya que bastaba con ser más efectivo en esos momentos tan decisivos. Y en parte lo consiguió, sobre todo porque salvó cinco pelotas de rotura, tres de ellas tras empezar el noveno juego con 0-40. Lajovic, en cambio, llegó con la misma confianza al tie break y fue capaz de anteponerse a un 4-1 y a un 6-3 para ganar por 6-8 después de adjudicarse cinco puntos de forma consecutiva, justo cuando el empate parecía estar al caer.

Novak llegará a la cita en Madrid con un bagaje muy pobre en tierra batida: dos victorias y dos derrotas. Se impuso a Ivan Gakhov, cayó frente a Daniil Medvedev, pudo con el joven francés hace un par de días y ha sido sorprendido por su paisano en la segunda ronda del torneo que aspiraba a ganar. No es la mejor carta de presentación de cara a Madrid, Roma o (directamente) Roland Garros, pero todos sus rivales guardarán un inmaculado respeto a una figura que es legendaria.

Todas las estadísticas del encuentro entre los balcánicos, disponibles en Flashscore.