Bernabé Zapata (26) se estrenó con derrota en Roland Garros frente a Diego Schwartzman (30) en un partido que superó con creces las tres horas. Empezó perdiendo el saque y, sin embargo, acabó ganando por 6-1 en el set inaugural. Su rival no hizo bueno su saque en ninguna ocasión y protagonizó una actuación bastante deficiente al principio, aunque poco a poco fue ganando terreno, un paso adelante que tampoco le permitió llevarse el segundo tras caer en el tie break (7-6/7-5).

Todo le sonreía al valenciano: ganó con firmeza al comienzo y se llevó otro punto en zona pantanosa y muy poco nítida. El 2-0 lo dejaba todo muy a favor y daba bastante margen de error de cara a conseguir la primera victoria en la capital francesa. Ese colchón era amplio pero limitado y dos factores, el buen hacer del argentino y el paupérrimo rendimiento en el saque, provocaron un empate inigualado que llegó después de un duro 2-6 y un todavía más contundente 0-6.

Diez juegos consecutivos cayeron del mismo lado y provocaron una ola de nervios sobre la figura de Zapata, que había desperdiciado una coyuntura ideal para certificar su pase a la próxima eliminatoria. Nada más lejos de la realidad porque entonces, castigado físicamente, tenía que lidiar con sus propios fantasmas y, aparte, frenar a un oponente muy crecido tras salvar una situación crítica. Todo o nada entre dos hispanohablantes que le dieron mucha emoción a un envite con varios micropartidos.

Miralles dejó de ir por delante en el marcador tras verse 1-2 en la quinta y definitiva manga, aunque Peque no consiguió mantener tal ventaja por mucho tiempo. Recuperó la ventaja más tarde (4-5) y finalmente se llevó un triunfo espectacular que, seguro, no olvidará. Se enfrentará en la próxima ronda al portugués Nuno Borges, quien dejó en el camino al norteamericano Josh Isner (2-3). El luso ocupa el puesto 80 en el ranking ATP y conquistó el Challenger de Phoenix en marzo.

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