Paula Badosa empieza a parecerse a aquella tenista que alcanzó el segundo puesto del ranking WTA. Aquellos tiempos están lejanos y nada tienen que ver con los actuales, sobre todo porque antes necesita recuperar la regularidad y la continuidad de antaño. Es más, sólo ha disputado tres encuentros (dos victorias y una derrota) desde la lesión que sufrió en la última edición de Wimbledon, el pasado 7 de julio, en el duelo ante la ucraniana Marta Kostyuk.
Este miércoles, la actual número 100 del mundo brilló con luz propia en el compromiso ante Anastasia Pavlyuchenkova, que apenas pudo resistir durante poco más de una hora (6-2 y 6-3). Tampoco pilla por sorpresa después de lo visto el lunes en su estreno, ya que aplastó a la norteamericana Taylor Townsend en sólo 59 minutos (1-6 y 3-6). Así, todavía no sabe lo que es perder un set en lo que va de competición e incluso ha hecho los deberes siempre que ha servido.
"No es fácil para mí aceptar dónde estoy ahora, mi ranking. Estoy muy orgullosa. Quiero llegar a la cima lo más rápido posible", explicó Paula, quien ya piensa en la cita de dieciseisavos ante Amanda Animisova, una de las grandes revelaciones. La estadounidense, que está fuera del top 400 y había caído en siete de sus últimos nueve partidos antes de Melbourne, parece dispuesta a mantener esta inesperada racha, Conviene recordar que llegó a cuartos en el Grand Slam londinense.
Badosa, que es optimista respecto a sus posibilidades de éxito a lo largo del 2024 pese a tener en cuenta aún esa dolencia que la alejó de las pistas durante más de medio año, continuó con las siguientes palabras: "Estoy trabajando muy duro. También lo hice en la pretemporada. Creo que en este caso es cómo reacciona mi cuerpo. Espero que mi espalda esté bien durante los próximos meses. Creo que mi nivel hablará".