Carlos Alcaraz comenzó su trayectoria en el Abierto de Australia, donde causó baja un año atrás, con una gran victoria contra Richard Gasquet, quien acabó sucumbiendo por 6-7/5-7, 1-6 y 2-6 después de ejercer algo de presión frente a un tenista que se divirtió de lo lindo tras sacar a pasear su versión más excelsa. La siguiente prueba ganaba en dificultad, al menos sobre el papel, dado el nivel del escollo, número 46 del ranking ATP.

Lorenzo Sonego sufrió los intrépidos ataques de su rival desde bien temprano, ya que salvó hasta tres bolas de break antes de que llegara el esperado zarpazo más adelante, cuando se vio por debajo por primera vez en el envite. Daba la sensación de que iba a ocurrir en algún momento y llegó entonces para establecer el 3-4. Conseguido ya lo más complicado, el murciano cumplió durante los minutos siguientes (4-6).

El segundo set empezó a lo grande, con un espectacular intercambio de golpes que deleitó al público de Melbourne. Ambos se lucieron, pero el punto cayó de nuevo para el segundo del mundo. Tampoco era la acción más trascendental del duelo, pero seguramente sea la más recordada por los allí presentes. A partir de entonces, la igualdad se mantuvo hasta el tiebreak, fase en la cual el italiano se mostró contundente y efectivo (7-6/7-3).

Susto y victoria

Alcaraz tenía que remar de nuevo ante un oponente al que nunca había superado antes de reencontrarse este 18 de enero (sólo se habían visto las caras una vez, en Cincinnati, y perdió de forma clara). Convertir este balance negativo en un equilibrado 1-1 era otro de los alicientes para este duro compromiso. El escenario ya ilusionaba de por sí incluso al menos ambicioso, así que apenas necesitaba motivos extra. 

Se esperaba que todo siguiera en una dinámica similar, pero nada más lejos de la realidad: el segundo del mundo arrancó demostrando quién manda y, muy pronto, ya dominaba por 0-3. Esa renta, especialmente tras lo ocurrido antes, era todo un tesoro. Sin cambios drásticos de guion, el buen hacer de Carlitos continuó hasta el 3-6, lo que volvió a ponerle en ventaja y, desde luego, mucho más cerca del triunfo.

Ambos tenistas perdieron el servicio de manera consecutiva al principio de la cuarta manga, de modo que continuaban las tablas. Sonego, lastrado por sus 48 errores no forzados (14 más que su oponente), prometía batalla. Quería apurar sus opciones y sabía que, pese a la dificultad, aún existían. Sus posibilidades de éxito se diluyeron en un trascendental desempate que cayó en la dirección contraria (6-7/3-7). El jugador de El Palmar se medirá a Juncheng Shang en la tercera ronda.

Las estadísticas del choque están disponibles en Flashscore.