Alejandro Davidovich (23) sacó adelante el encuentro contra Brandon Nakashima (21), que no lo puso nada sencillo. El estadounidense, de origen japonés, llegó ilusionado a la cita y dispuesto a vengarse de un rival que ya le ganó a principios de año en Adelaida 2. No fue muy diferente aquella película respecto a esta última, ya que perdió por 2-6 y 6-7 (3/7). Aquel encuentro, eso sí, duró en torno a 20 minutos menos.
Miami se presentaba como un escenario más importante e imponente. Empezó algo más nervioso Nakashima, quien salvó hasta cuatro bolas de break en el primer juego. Hubiese sido un pésimo arranque, pero resistió para evitar el caos. Tampoco lo tuvo nada sencillo en el tercero, otra vez con el saque a favor, aunque finalmente cumplió con lo esperado e incluso, después, estuvo a punto de romperle el servicio a su oponente hasta en tres ocasiones. Ambos tenistas, muy cerca de darle un giro a la manga inaugural.
El más eficaz fue Davidovich, que abrió una brecha en el marcador y se puso 5-3, una ventaja que no dejó pasar para, a la postre, establecer el 6-4 definitivo. Duro golpe para el asiático, quien no se levantó a tiempo y se vio de nuevo por detrás en un set que acababa de empezar (2-0). Lejos de rendirse, tras salvar una pelota de break que podría haberle puesto el broche al choque, logró darle la vuelta a la situación y lo fio todo al desempate. Antes, en cambio, tuvo dos oportunidades claras (30-40 y 40-V con 6-6) para igualar.
Se decidía todo en unos cuantos minutos, pero el nipón lo afrontaba con mucha más presión sobre sus espaldas porque estaba obligado a ganar y, además, llegaba algo herido anímicamente por lo ocurrido justo antes. Hasta tres puntos de diferencia tuvo el malagueño (5-2), pero pronto volvieron las tablas (5-5). Sin embargo, el arreón quedó en nada (7-5) y Brandon se quedó sin la posibilidad de disputar esa tercera manga que tan cerca tuvo y que bien podría haberlo cambiado todo. Tommy Paul (25), el siguiente escollo.
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