El español, que venció a Daniil Medvedev en la final del año pasado en el desierto californiano, tuvo que retirarse tras dos juegos de su partido en Río de Janeiro después de torcerse el tobillo derecho.

Fue el último contratiempo para el número dos del mundo, que no gana un título desde que venció a Novak Djokovic en la final de Wimbledon el pasado julio.

Perdió en los cuartos de final del Abierto de Australia en enero y fue derrotado en sets corridos por Nicolás Jarry en las semifinales del Abierto de Argentina el mes pasado.

El domingo se recuperó para derrotar a Rafa Nadal en un partido de exhibición en Las Vegas, y aunque dijo que se había sentido bien durante los entrenamientos, sabía que habría dudas sobre su lesión.

"Probablemente algunos estén pensando en mi tobillo, a ver si voy a decir 100% o no, pero me siento mejor", dijo a los periodistas.

"Así que vamos a ver cómo va a ir el torneo, pero estoy aquí para defender, no pienso en otra cosa".

Tras una ceremonia en la que se descubrió en el recinto un mural conmemorativo de su título del año pasado, el bicampeón de Grand Slam dijo que aún se estaba adaptando a la fama.

"Muchos días no te levantas de buen humor y quieres esconderte o que la gente no te reconozca", dijo.

"Pero soy un tipo natural e intento tomármelo con la mayor naturalidad posible. La gente me conoce, me reconoce, y creo que eso es bueno".

El segundo cabeza de serie del torneo iniciará la defensa de su título el viernes contra Matteo Arnaldi.