Paula Badosa (25) quiere olvidar en Charleston, un escenario diferente por esa peculiar arcilla verde, sus últimas derrotas, dos de las tres más recientes contra una misma rival: Elena Rybakina (23). Este martes afrontaba su primer compromiso ante Mayar Sherif (26), a priori de un nivel inferior. Salvó de forma solvente la papeleta y dio el paso que le permite avanzar a la siguiente eliminatoria.
La tenista española se apuntó el juego inaugural y le rompió el saque a su rival para poner el 2-0 en el marcador. Pudo repetir en el cuarto y estuvo también a punto de sufrirlo minutos más tarde, pero hubo que esperar al séptimo y al octavo para ver dos pérdidas de servicio consecutivas, lo que permitió que la actual número 33 del ranking WTA, que sigue bajando de forma progresiva en la clasificación durante el presente 2023 pese a dejar buenas sensacione sobre la pista, pudiera llevarse el set (6-3).
Con todavía más confianza que al inicio del encuentro, Badosa afrontaba la segunda manga dispuesta a ponerle el broche a una actuación que estaba siendo bastante convincente. Arrancó de nuevo con firmeza y prácticamente en un abrir y cerrar de ojos se había colocado ya en una situación muy favorable. Estaba todo encaminado hacia el 6-0, pero no pudo dejar en blanco a su oponente y el choque se alargó un poco más de lo esperado. Al final, en la primera bola que tuvo para cerrarlo, selló el triunfo.
Apenas necesitó el saque (firmó dos aces y cometió tres dobles faltas) para imponerse con tanta autoridad, pero lo cierto es que, en parte, la clave estuvo en la eficacia que tuvo en los momentos más decisivos: prueba de ello es que salvó la gran mayoría de los puntos de break (9/11) y también convirtió un porcentaje muchó más elevado respecto a la egipcia (46% frente a 18%). Las estadísticas explican, respaldan e incluso refuerzan lo que el espectador pudo percibir a través de sus sentidos.
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