El encuentro no pudo comenzar mejor para Alcaraz, ganando el primer juego en blanco con su servicio. Pero Tsitsipas no era Evans (¿o sí?) y no sólo se llevó el suyo sino que se apuntó el primer break del choque. Fue su único instante de debilidad. Por fortuna, el murciano respondió devolviéndoselo en el siguiente juego con saque del griego. 

Desde ahí, ambos sacaron con firmeza hasta que el número 2 del mundo, con 4-3, volvió a aprovechar un punto de ruptura para ponerse 5-3 y servir para hacerse con la primera manga. No lo iba a desaprovechar, cerrándola con un 40-15 y 6-3 en sólo 39 minutos. 

Tsitsipas no se iba a venir abajo hasta el quinto juego del segundo set. Después de que ambos ganasen sus saques sin concesiones al rival, Alcaraz volvió a tirar de calidad y de concentración -26 ganadores y sólo 7 errores en el duelo- para romper a su oponente y ponerse 3-2. Con su saque se anotó el 4-2 y se tomó un pequeño respiro al resto confiando en que manteniendo su servicio, el partido estaba en sus manos. 

Y con 5-4, miró a la grada desde su silla, se contagió del ritmo de la música que sonaba por los altavoces de la pista Rafa Nadal, se dirigió ya concentrado hacia la línea y le endosó un nuevo juego en blanco a un Tsitsipas, quinto del mundo, que sólo pudo aplaudir ante el vendaval que tenía delante. Set, partido y segundo Conde de Godó en su carrera. 

Una que es imparable. Era su cuarta final en los cinco torneos que ha disputado en 2023. Y su tercer título del año tras el de Indian Wells y Buenos Aires. Increíble, extraordinario, maravilloso. 

Todas las estadísticas y detalles del Alcaraz-Tsitsipas en la final del Godó, en Flashscore.