"Digo adiós al ciclismo, trato de hacerlo con una sonrisa recordando todo lo que me ha dado, aunque duele despedirse después de la temporada que realicé, la mejor de mi carrera", declaró Colbrelli, quien en 2021 conquistó la París-Roubaix, así como los títulos de campeón de Italia y de Europa.

El 21 de marzo en Sant Feliu de Guixols, justo después de la primera etapa de la Vuelta a Cataluña, Colbrelli perdió el conocimiento, víctima de un paro cardíaco.

Los servicios médicos le practicaron un masaje cardíaco antes de trasladarlo al hospital de Gerona, donde se le diagnosticó una arritmia cardíaca, tras lo cual se le implantó un desfibrilador subcutáneo parecido al del futbolista danés Christian Eriksen, víctima de un desvanecimiento durante un partido en la pasada Eurocopa.

Para reanudar su carrera, en el Brentford y después en el Manchester United, Eriksen tuvo que rescindir su contrato con el Inter Milán, porque Italia considera ese tipo de dispositivo incompatible con la práctica deportiva profesional.

Colbrelli se vio en la misma situación.

"Después de lo que pasó en Cataluña, la esperanza de proseguir mi carrera profesional nunca me abandonó, pero yo sabía que esa esperanza era reducida", explicó el corredor.

"Pero el ciclismo no es el fútbol, es un deporte diferente, donde la competición tiene lugar sobre la carretera, no en estadios donde los servicios de urgencia pueden intervenir rápidamente si es necesario", explicó.

"También está sobre todo la intensidad de los esfuerzos. Retirar el desfibrilador no es viable desde un punto de vista médico, porque es necesario para protegerme y el riesgo sería demasiado elevado. Es un riesgo que no puedo tomar", concluyó.