Aryna Sabalenka (24) no comenzó bien el partido porque perdió el servicio en el tercer juego, una situación que iba a tardar en corregir. Después de ir muchos minutos por debajo, reaccionó para empatar a cuatro en el segundo punto de break que tuvo a su disposición, aunque la alegría le duró muy poco. No pudo hacer bueno el saque en busca de dominar en el marcador, algo que tan solo había ocurrido tras el 0-1 inaugural, y su rival aprovechó después para firmar el 6-4 con mucha solvencia.
Así, acababa de perder un set tras haber ganado 20 de forma consecutiva. No perdía uno desde el 23 de diciembre, una situación nueva para ella que debía superar. Y hasta tuvo que salvar dos bolas de break en el primer juego de la segunda manga, lo que le permitió evitar un inicio casi dramático. Tras un intercambio de golpes en los dos siguientes, Elena Rybakina (23) perdió el servicio y, aunque salvó dos bolas para el empate, no pudo con la tercera (3-6). El oro en Australia, supeditado a lo que ocurriera a partir de entonces.
Tras tener que ganar cinco partidos en el torneo, ninguna de las dos estaba dispuesta a ponerlo sencillo. La bielorrusa estuvo cerca de romperle el saque a su oponente en el quinto juego, pero la número 25 del ranking WTA logró salvar la papeleta y volvió a dominar en el marcador (3-2). Ahora sí, después de que Rybakina evitara otras dos bolas más, Sabalenka movió a la reina en el tablero y se llevó un punto decisivo a la postre, un golpe letal para llevarse su primer Grand Slam.
La kazaja estuvo certera y eficaz en los momentos determinantes e incluso salvó tres match points, pero protagonizó muchísimos menos golpes ganadores que su rival, una diferencia demasiado abultada que no estuvo lejos de ser irrelevante. Terminó el partido con un total de 31 frente a los 51 de la bielorrusa, quien también se hizo fuerte en el saque (17 aces firmó, aunque, eso sí, también cometió siete dobles faltas).