Hay encuentros a lo largo de una temporada que se hacen más incómodos de lo que pueda parecer. Como cuando la carne se hace bola en la boca y ya ni masticando se puede tragar. Al Madrid le suele pasar en sus desplazamientos a Getafe. En los dos últimos años, un empate y una derrota que ya les ponían sobre aviso. La ausencia de Benzema (34) también era un factor a tener en cuenta viendo que a los blancos les está costando horrores cerrar los partidos. Pero lo consiguieron, sin demasiada efectividad pero también sin excesivos apuros porque el rival, ofensivamente, fue casi una hermanita de la caridad.
La primera solución de Ancelotti sin su futuro Balón de Oro fue centrar la posición de Rodrygo (21) y adelantar al extremo a Valverde (24). Descanso para Kroos y vuelta de Modric, Camavinga y Rudiger, este por Mendy. Y le salió de lujo porque, a los tres minutos, ya dominaba en el marcador gracias al gol de Militao a centro de Modric, capitán. Menudo toque el del croata.
El plan de Quique con cinco defensas muy pegados a Soria, cerrando todos los huecos para desesperar al Madrid, incluso a costa de renunciar al contragolpe para jugar con la ansiedad de un 0-0, se vino abajo muy pronto. Y su equipo lo pagó. Era un monólogo blanco, que controlaba el ritmo, se asociaba con paciencia a la espera de algún error en la nutrida zaga azulina y, para ello, daba balones a Vinicius y a Rodrygo para que hicieran sus habituales diabluras.
En una de esas escapadas por banda de Vini, la acción acabó en penalti. Pero el VAR apuntó que el balón había salido por la línea lateral en el inicio de la jugada. Por poco se salvó el Getafe que, curiosamente, empezó desde ahí a sacudirse la presión y a soltarse un poco el pelo. Milla fue importante entonces a la hora de proponer conexiones con Mayoral y Unal, pero se encontró con un imperial Militao. Lunin (23), bien resguardado, apenas tuvo que intervenir en la primera mitad. Pero cierto es que tampoco Soria fue demasiado exigido. Mucho dominio, demasiada comodidad, un rival que parecía ya vencido. Como ante el Shaktar hace tres días.
El Madrid deja vivo al rival
Ancelotti ya dio un toque de atención a los suyos frente a los ucranianos por no cerrar el partido de Champions. Algo similar les tuvo que decir en el vestuario del Coliseum porque salió el Madrid queriendo sentenciar. Y no lo consiguió porque Angileri se vistió de portero para ayudar a Soria y evitar un gol cantado taponando hasta tres remates consecutivos. Despejó el lateral el remate de Rodrygo, Soria hizo lo propio con el rechace de Tchouaméni y de nuevo Angileri se las ingenió para frenar el último disparo a bocajarro, este de Modric.
La respuesta del Geta no se hizo esperar. Aleñà enganchó un balón desde la frontal que si no es por la estirada de Lunin se habría colado ajustado al palo. Susto pareció gritar el equipo local que por fin adelantaba metros y comenzaba a incomodar a su contrincante. Duró muy poco esa alegría porque Tchouaméni volvió a imponer su físico y contundencia para facilitar las cosas a sus compañeros. Gran fichaje que está haciendo olvidar a Casemiro. En una de esas recuperaciones, con Valverde también imperial, se inició lo que acabó con gol de Rodrygo. Sutil su remate de vaselina, mas partió el brasileño de posición incorrecta.
Seguían vivos los pupilos de Quique y ese 0-1 conforme pasaban los minutos les daba más ánimos para intentarlo. Si bien, a decir verdad, tampoco supieron inquietar demasiado a un Madrid que se llevó la victoria de manera plácida y mantuvo por primera vez esta temporada la portería a cero. A la cama a dormir con el liderato a la espera de lo que haga el Barça este domingo a las 21 horas.
Jugador Flashscore del partido: Eder Militao.
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