Los dos combates del boxeador ucraniano Oleksandr Usyk

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Los dos combates del boxeador ucraniano Oleksandr Usyk
Los dos combates del boxeador ucraniano Oleksandr Usyk
Los dos combates del boxeador ucraniano Oleksandr UsykProfimedia
Cuando su país estalló en guerra y él pensó un tiempo en tomar las armas, el ucraniano Oleksandr Usyk, campeón AMB, FIB y OMB de los pesos pesados, tenía dos combates que enfrentar, confió el propio púgil en una entrevista a la AFP: unificar la categoría-reina del boxeo derrotando al británico Tyson Fury y honrar la memoria de un amigo, fallecido por balas de los soldados rusos.

Oleksiy Dzhunkivskyi, un excamarada de Usyk en el equipo nacional, fue abatido en la entrada de un edificio en Irpin, en la periferia de Kiev.

Usyk se asoció a la organización caritativa United24 en una colecta de fondos para dar lustre a esa casa de cinco pisos gravemente dañada.

El boxeador de 36 años contribuyó con 205.000 dólares en el costo total de 330.000 dólares de los trabajos de renovación.

En una entrevista realizada a través de Zoom, Usyk declaró a la AFP que fue una coincidencia que eligiera este edificio por casualidad.

"Elegí esta casa por azar", declaró el boxeador, que se expresaba a través de un intérprete. "Cuando vinimos a examinar y vimos hasta qué punto la casa estaba destruida, me quedé un poco sorprendido".

"En esta casa, había una sala de boxeo (que era propiedad) de mi amigo. Él y yo estábamos en el equipo nacional, íbamos juntos a las competiciones de boxeo", recuerda.

"Oleksiy Dzhunkivskyi fue abatido por soldados rusos justo en esa entrada", acusa Usyk.

Cuando Rusia invadió Ucrania en febrero pasado, el boxeador nacido en Simferopol quiso tomar las armas inmediatamente.

Soldados heridos

Sin embargo, fue disuadido ya que sus compatriotas estimaron que como estrella de renombre mundial, podría ser más útil en el ring que en el frente.

"Los chicos de las fuerzas armadas me han convencido de que debía pelear por ayudar a mi país en la escena internacional, hablar y aportar oportunidades a Ucrania para reconstruir mi país", declaró.

Usyk, cuya familia vive en Kiev, se emocionó particularmente en la visita a un hospital, donde eran curados soldados heridos.

Los encontró antes de su combate revancha en Arabia Saudita en agosto pasado contra el británico Anthony Joshua, al que había destronado en septiembre de 2021.

"Fue emocionante porque algunos me dijeron: 'Alex, deberías ir, prepararte y volver con una victoria'".

"Estos chicos, entre diez y quince, viajaron a Arabia Saudita y me apoyaron. Estos soldados, que pelean desde el primer día, los hicimos viajar para ver el combate", dice con orgullo.

"Algunos habían perdido miembros, y cuando los encontré la víspera del combate, sentí que una parte del ejército ucraniano estaba conmigo".

Usyk conservó después su título con victoria a los puntos, pero declaró haber sentido una pesada responsabilidad sobre sus hombros durante el combate.

"En el noveno asalto, me di cuenta de que si caía ahora, el ánimo de los combatientes que defienden nuestro país caería también", recuerda. "No boxeé para mí, sino para todos aquellos que defienden el país", asegura.

Según él, un combate de unificación de los títulos mundiales en los pesados frente a Tyson Fury, invicto como él, podría eventualmente tener lugar "a finales del mes de abril".

Amenazas rusas

Usyk ya se ha visto confrontado a la guerra, ya que su padre fue herido en dos ocasiones combatiendo para el ejército soviético en Afganistán durante la ocupación que duró diez años, de 1979 a 1989.

"He visto las consecuencias del estado de posguerra y lo que le pasaba, tenía a menudo dolores de cabeza, tenía una presión arterial muy elevada", declaró Usyk.

"Recuerdo que hasta el último momento, tuvo pesadillas en las que decía los nombres de sus camaradas que fallecieron" en Afganistán.

El padre de Usyk nunca habló directamente de sus experiencias a su hijo, pero su mensaje era claro.

"Decía que las cosas inhumanas que se producen en la guerra son terribles y que esperaba que Dios interceda para que no me ocurra que tenga que luchar o ser testigo de una guerra", declaró Usyk.

Cuando la invasión está a punto de entrar en su segundo año, Usyk tiene un mensaje para sus compatriotas, al mismo tiempo desdeñoso para los rusos.

"Mi mensaje a mi pueblo indomable es el corazón azul y amarillo, es la fuerza, es la victoria".

"A los vecinos (los rusos)... Están tan enfermos que es imposible cambiarlos", constata.

"Me escriben en gran número que soy malo, que no soy educado y que debería morir", revela Usyk. "La gente enferma necesita ser curada, entonces déjenlos que se curen ellos solos allí", concluye.