La RFEF convierte así a la Selección en una plataforma de gran visibilidad social para luchar contra una realidad que, según diferentes estudios, alcanza una incidencia preocupante. Según la Fundación Anar, por ejemplo, uno de cada cuatro escolares conoce algún caso de acoso escolar; y diferentes informes establecen que solo el 15% de las personas que sufren bullying lo denuncian. Con todo ello, y los casos más virales y llamativos que han saltado a la luz en fechas recientes, el acoso escolar es considerado por la RFEF un campo en el que debe dar respuesta a través de sus políticas de responsabilidad social y sostenibilidad humana. La Federación, presidida por Luis Rubiales, muestra así su compromiso con el avance y cambio social, a través de la fuerza y difusión del fútbol.

La campaña hace que los ídolos de muchos jóvenes, adolescentes y niños se pongan en la piel de los que sufren bullying, convirtiéndolos en referentes de la lucha contra el acoso escolar. Se pretende con esta campaña concienciar sobre la idea de que estas actitudes son denunciables y no deben tolerarse, sea uno víctima o testigo de las mismas.