Debido al cielo nublado sobre el enclave que albergó los primeros Juegos Olímpicos de la Antigüedad, el acto no pudo realizarse con los rayos del sol como marca la tradición clásica, sino con una llama de reserva conservada desde el ensayo general del lunes.
Después de un periplo de 11 días por Grecia, la llama tomará rumbo hacia Francia, con la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de París el 26 de julio como meta.
El evento de este martes tuvo lugar en las ruinas del templo de Hera, con 2.600 años de antigüedad, en la cuna del olimpismo y en presencia de, entre otros, el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach.
"En estos tiempos difíciles, en que las guerras y los conflictos se multiplican, la gente está cansada del odio", lanzó en una escueta intervención desde Olimpia.
"Aspiramos a algo que nos una de nuevo, a algo que nos reúna, a algo que nos dé esperanza", añadió.
"La llama olímpica que encendemos hoy simboliza esa esperanza", aseguró el alemán.
El presidente del Comité de organización de los Juegos Olímpicos de París, Tony Estanguet, también vio en la próxima edición "más que nunca una fuerza de inspiración (...) para las generaciones futuras".
En Grecia, 600 relevistas se pasarán la llama, que recorrerá 5.000 kilómetros a través de siete islas, diez enclaves arqueológicos y la Acrópolis de Atenas, donde pasará una noche junto al Partenón.
En el puerto griego de El Pireo, la llama embarcará el 26 de abril rumbo a Marsella, ciudad a la que llegará el 8 de mayo.
El símbolo de los Juegos recorrerá después toda Francia, pasando por las Antillas y la Polinesia.