Con 1,4 millones de espectadores de media y 2,2 de pico máximo, la final Four de la Kings League confirmó que lejos de ser flor de un día, el proyecto de Gerard Piqué cuenta con un gran recorrido. Además de todos los que vieron la definición del primer ‘split’ desde sus casas, más de 92.000 personas coparon las gradas del Camp Nou para disfrutar del evento en directo.
El dinamismo, el acercamiento a los jóvenes y una estructura en constante cambio son las claves de una competición que ha conseguido traernos una nueva forma de entender el fútbol. Y, lejos de lo que quieren hacer ver sus detractores, el nivel es bastante alto, ya que a su draft se presentaron cientos de jugadores semiprofesionales que entrenan cada semana con equipos de todo el mapa de España. A ello, hay que agregarle los exfutbolistas que van apareciendo todas las jornadas con los distintos equipos. Hasta el mismísimo Ronaldinho participó en un partido.
Para empezar a entender la Kings League, hay que saber que no se parece a nada de lo que se haya visto antes. Desde el comienzo se concibió como un producto en el que el espectáculo es lo primero y el fútbol es el hilo conductor para atraer a los aficionados.
Con el fin de tener pendientes a los seguidores, Piqué, su equipo de Kosmos y los presidentes de los clubes que integran la liga se exprimen el cerebro constantemente para desarrollar nuevas normas con las que volver los choques impredecibles y lograr que la igualdad prime lo máximo posible.
Para hacernos una idea de cómo una de estas reglas puede cambiar un resultado, debemos mirar a las ‘Armas Secretas’. Son unas cartas obtenidas al azar antes de cada contienda y que le otorga una ventaja competitiva al que la utiliza durante un determinado periodo de tiempo. Ese factor diferencial puede ir desde un lanzamiento de penalti, hasta jugar en superioridad numérica un determinado intervalo de tiempo.
Cada entrenador cuenta con uno de estos impulsos por encuentro y en todas las jornadas van apareciendo nuevas cartas en función de lo que voten los seguidores de la Kings League en las redes sociales a lo largo de la semana. Sin duda, este es uno de los factores más atractivos del torneo, que la gente participa directamente.
La base, los presidentes
El éxito de la Kings League comenzó a construirse plantando sus bases en contar con 12 presidentes de gran reputación en sus campos. Creadores de contenido y exfutbolistas profesionales aportaron sus comunidades para dotar a la liga de reyes de una ‘fanbase’ sólida desde el primer día.
El Barrio de Adri Contreras, Porcinos FC de Ibai Llanos, Saiyans FC de TheGrefg, Kunisports del ‘Kun’ Agüero, 1K FC de Iker Casillas, Ultimate Móstoles de DjMaRiiO, Los Troncos de Perxitaa, PIO FC de Rivers, Rayo de Barcelona de Spursito, XBUYER TEAM de los hermanos Buyer, Jijantes FC de Gerard Romero y Aniquiladores FC de Juan Guarnizo son los equipos y directivos de una Kings League que ha crecido en adeptos constantemente.
Con la experiencia de estos en el mundo virtual y en la élite futbolística, han conformado un producto capaz de llegar tanto a la nueva generación como a los más clásicos. Una estrategia que ha calado tanto que ya se está hablando de una expansión internacional.
Otro de los puntos que más atención genera es la inclusión de los denominados jugadores 11 y 12. El 11, es un hombre elegido por el presidente que disputa el ‘split’ completo como integrante de pleno derecho de la plantilla. El 12, también lo elige el mandamás y puede rotar todas las semanas, lo que ha dado la oportunidad de ver a Agüero, Casillas, Mantovani, Raúl Tamudo o Javier Saviola, entre otros, jugando en el Cupra Arena.
Un ‘Mercato’ de locos
Si la Kings League ya es impredecible de por sí, Gerard Piqué y su equipo han terminado de hacerla indetectable con el sistema de mercado de fichajes que se han inventado para dotar de contenido al tiempo sin competición que existe entre el primer y el segundo ‘split’.
El exjugador del FC Barcelona les ha dado a los presidentes 100 millones de euros virtuales para fichar jugadores y 300 para colocar cláusulas. Desde el primer día ha sido una cosa de locos y hay clubes, como Los Troncos, que ya no tienen ni un solo hombre de los que llegaron vía draft a la escuadra. Una buena forma de fomentar el cambio de ganadores en las diferentes temporadas.
Algo que siempre impera en la liga de reyes es el ambiente de burla y de buscar la pelea, de modo completamente sano, con el resto de participantes. Por ello, los dirigentes buscaron un vacío legal en el ‘Mercato’ para gastar menos dinero y nacieron los ‘pactous’. Son básicamente intercambios puros y duros de jugadores a los que se les reduce drásticamente el valor. Así, se ahorran bastante, ya que tienen que gestionar sus ahorros para pagar diferentes cosas, como multas y cartas especiales, de cara a la campaña de verano.
Los ‘pactous’ no gustaron nada al presidente de la competición, que ya anunció que se prohibirán para el próximo mercado: “Sabéis que los 'pactous' se han acabado, ¿no? Hemos encontrado la solución, ya os la contaré, pero para los próximos mercados, si ponéis un millón y hay algún presidente que quiere ofrecer más lo va a poder hacer. Se va a convertir en una subasta”, anunció Piqué en un directo.
Con esa medida, el catalán pretende favorecer el espectáculo y que se paguen más clausulazos. Sin embargo, eso no gustó demasiado a un Ibai Llanos que siempre suele llevarle la contraria a su amigo: “Los ‘pactous’ es hacer las cosas bien. Haberlo puesto en el ‘reglamentou’”, le espetó el ‘streamer’ vasco.
Unas reglas curiosas
Si algo gusta de este divertido formato es el dinamismo que le dan sus reglas, en todo momento susceptibles de cambio. Estas son algunas de las que hay que conocer para iniciarse en el mundillo de la liga de reyes:
Los partidos están compuestos por dos tiempos de 20 minutos cada uno.
Si el encuentro termina en empate, se decide el ganador con una tanda de penaltis. No son penaltis al uso. El jugador parte en conducción desde el centro del campo y encara al portero para tratar de marcar gol.
Los cambios son ilimitados igual que en otros deportes como el baloncesto o el balonmano.
Los partidos comienzan con el balón en el centro del campo y todos los jugadores parten desde sus respectivas líneas de fondo, como en el waterpolo.
La tarjeta amarilla se penaliza con dos minutos de expulsión y la roja con cinco.
Arma secreta: cada equipo selecciona al azar una arma secreta o ventaja frente a su rival antes de comenzar el partido. Entre las armas secretas están: el gol doble, expulsar a un rival 2 minutos, robo de carta o arma, penalti y comodín.
El dado: Se lanza un dado desde la tribuna para determinar cuántos jugadores de cada equipo quedan sobre el terreno de juego. Si sale un dos, quedan dos hombres por escuadra y así sucesivamente hasta seis contra seis.
Penalti presidente: si los presidentes se ponen de acuerdo, ambos pueden lanzar un penalti clásico en cualquier momento del choque.
Fuera de juego: Se encuentra marcado por una línea horizontal en la frontal del área de cada equipo.
Expansión del producto
El éxito incontestable del ‘split’ inaugural de la Kings League ha llevado a Gerard Piqué y su equipo a plantearse la expansión internacional del torneo. El primer paso fue crear la Queens League, para dar espacio también a las mujeres. Se disputará en paralelo con el segundo ‘split’ de la competición principal.
Brasil parece ser el siguiente mercado en el que se instaurará este formato. Está confirmado que Ronaldinho presidirá un equipo y Neymar dirigirá otro. Buenos maestros de ceremonias para atraer la atención hacia el país sudamericano.
Otra de las ideas es organizar en verano un torneo para niños. Se denominaría Prince Cup y estaría compuesta por los 12 clubes de la Kings League. Sería muy similar a LaLiga Promises que también se juega en verano y época navideña.
Para culminar y poner la guinda al pastel en este 2023, la intención es reunir durante una semana a los 12 equipos de la liga de reyes para que en el mes de octubre disputen la Copa. Si todo eso va bien y la cosa cuaja en el extranjero, culminarían la misión con la organización de un mundialito.