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La doble vida del Shakhtar: jugar la Champions en la noche, entregar alimentos en el día

Actualizado
La doble vida del Shakhtar: jugar la Champions en la noche, entregar alimentos en el día
La doble vida del Shakhtar: jugar la Champions en la noche, entregar alimentos en el día@FCShakhtar_eng
Cuando el fútbol brinda un respiro, los 34 jugadores del Shakhtar visitan los centros de refugiados en Polonia. El equipo ucraniano disputa la Champions en Varsovia. Lejos de los misiles, de las bombas, de las balas. Lejos de una guerra que cambió las reglas del juego y que puso al deporte en un segundo plano.

Primera escena: El 24 de febrero las alarmas estremecen Kiev a las 5:00 a.m. . Vladimir Putin decreta la invasión a Ucrania. Los misiles aéreos, las bombas, las balas, la sangre. Las personas huyen. El miedo invade a los habitantes, a los políticos, a la Unión Europea. 

Segunda escena: El estadio del Shakthar en Donestk es bombardeado por las fuerzas rusas. Las masacres de la S, los escapes masivos, la migración.

Tercera escena: Más de 6 millones de ucranianos han huído de su país ante el estallido del conflicto bélico entre Kiev y Moscú. Polonia acoge cerca de 1.5 millones de ucranianos. Entre ellos, los 34 jugadores del Shakhtar que, ante la guerra, deben refugiarse en Varsovia para disputar la UEFA Champions League.

Desde que inició la invasión rusa, el Shakhtar prepara los partidos de la Copa de Europa en Varsovia. Cuando el fútbol da una pausa, los jugadores, el cuerpo técnico y los integrantes del staff cumplen una doble vida: de los entrenamientos con la pelota pasan a entregar alimentos; de los gimnasios, a los campos de refugiados. A los hospitales; de marcar goles, a dejar huella en una labor social que refleja una pequeña dosis de humanidad. Momentos que no suelen ser habituales en etapas de guerra. 

Los jugadores y el staff no son los únicos entes del Shakhtar que trabajan por las víctimas de la invasión. La Fundación del equipo se encarga de la manutención de ocho familias que lo han perdido todo. La Fundación también impulsa el proyecto ‘Come On, Let’s Play!’, con el que 50 niños ucranianos pueden seguir jugando fútbol y así olvidar, al menos en 90 minutos, lo que ocurre lejos de las canchas. 

El apoyo del Shakhtar a sus compatriotas alcanza, incluso, a los miembros del ejército ucraniano.  Bogdan Sirchenko, un aficionado que tenía tatuado en su piel el escudo del club, fue herido en combate. Darijo Srna (Director deportivo) y el portero del equipo, Andriy Valeriyovych Pyatov, realizaron una videoconferencia con él y le entregaron un regalo: una camiseta firmada por los integrantes de la plantilla.  

Además del aporte psicológico y de la labor social, el Shakhtar ha brindado una importante ayuda económica a la población ucraniana afectada por la guerra. El equipo envió al frente cascos, almohadas, colchones, alimentación, entre otros. En total, el club ha recaudado fondos de 1,2M€ que serán destinados para los dagmificados por el conflicto. 

Con la guerra, el fútbol pasa a un segundo plano. Los integrantes del Shakhtar, que disputarán este martes la cuarta jornada de la fase de grupos de la Champions, serán jugadores en la noche para después, en el día, brindarle una mano a los millones de afectados por el conflicto. Un conflicto que, en teoría, iba a ser corto y que, por ahora, parece no tener un final claro.