Las guerras son instancias que suelen definirse en mínimos detalles. Karim Benzema (35) ganó uno de los conflictos más llamativos del deporte rey. En septiembre, después de una excelsa temporada con el Real Madrid, fue galardonado con el Balón de Oro.
Vestido con un traje que emuló a Tupac (un rapero admirado por él) el ariete galo saltó al escenario de París alegre, motivado, con una sonrisa de oreja a oreja que generó ilusión en los seguidores del fútbol francés.
Zinedine Zidane le entregó el galardón. Ronaldo, Figo y Florentino Pérez le felicitaron en directo. Benzema estaba en la cima del fútbol y, además, recibía el premio en su tierra. En París. Una ciudad acostumbrada a alumbrar con su luz a cientos de personas que dejan huella en sus labores.
La guerra de Karim Benzema parecía ganada. El jugador no valorado en la selección francesa tenía en su poder el respeto de la plantilla, de los aficionados y de los medios de comunicación. Les blues soñaban con un tridente ofensivo mágico. Griezmann, Mbappé y el madridista. Un ataque temerario que, en las vísperas de la Copa del Mundo, se vino abajo.
Benzema perdió la batalla de la Copa del Mundo. Es más, ni siquiera la disputó. El cuerpo médico de la selección francesa aseguró que el ariete del Real Madrid no estaba en condiciones para jugar la competición. En septiembre, el deportista se lesionó la rodilla; desde ese entonces, su rendimiento expuso unos matices que no fueron aceptados en la Federación.
Didier Deschamps decretó que en el lugar de Karim Benzema iba a ingresar Kolo-Muani. Una medida que, a la postre, terminó por pasarle factura.
La temporada de Karim Benzema refleja dos caras. Una, la del Real Madrid. En Valdebebas es imprescindible. Carlo Ancelotti disfruta de él. De sus asistencias, de la elegante capacidad que expone para crear juego. De su efectividad de cara al gol que fue eclipsada durante casi una década por Cristiano Ronaldo.
La segunda fracción que dejó es la más dolorosa. La ausencia del goleador en Francia es cuestionada. En París no existe un ápice de duda. Benzema no estaba en condiciones para disputar la Copa del Mundo. En España, en cambio, una fracción del madridismo y algunos medios apuntan a que la decisión de Deschamps ha sido personal. El antiguo delantero del Lyon, pudo llegar a Catar.
¿Deschamps descartó a un Balón de Oro por un problema interno?. ¿Por qué en Francia se cuestiona tan poco su ausencia?. Benzema escapó de las críticas al término del Mundial. Optó por retirarse de la selección. Les Blues han permitido la salida de un hombre que ha marcado una época en el Madrid y que, infortunadamente, no concretó el mismo resultado con Francia.
Como dice el refrán… Nadie es profeta en su tierra.