Con un Mestalla entregado, el Valencia se contagió del espíritu fallero para quemar, deportivamente, a Osasuna. A los cinco minutos Diakhaby ya había encendido la cerilla, pero la hoguera no prendió. Su testarazo en el primer palo se estrelló en el lateral exterior de la red. Fue la ocasión más clara de unos minutos de mucha intensidad, muchos saques de esquina, pero pocos remates. En los navarros, sólo Abde por la izquierda generaba algo de peligro. 

Todo pudo cambiar en el minuto 20. Hugo Duro y Sergio Herrera fueron a por un balón dividido y el árbitro entendió que el portero, fuera de su área y último de los suyos, derribó al delantero. Roja que se convirtió, tras consulta en el VAR, en nada porque se vio claramente que el meta rojillo había tocado el balón limpiamente.  

Lo siguió intentando el cuadro ché, sobre todo con balones a la espalda de la zaga, pero eso era pan comido para Aridane y David García. Sufrían más los navarros cuando Gayà se incorporaba al ataque o cuando Kluivert encaraba a Moncayola, que no es lateral aunque lo intente. O cuando a Torró le dio por regatear en la frontal del área ante Samu Castillejo y el balón cayó en Hugo Duro. La salida a la desesperada de Herrera le sirvió para despejar el remate. Eso sí, se dejó parte de la nariz en la parada. No hay dolor cuando se trata de salvar goles. 

Ese fue el último huy que se cantó en la primera parte de un duelo con dos equipos con la pólvora mojada. Era obvio que necesitaban ambos algo para prender la llama. Lo pareció encontrar Arrasate porque salieron los suyos con mayor control, con Ibáñez y Moi haciéndose dueños de la parcela ancha, si bien seguían sin encontrar el camino hacia Mamardashvili. 

Perdida la oportunidad, fue el turno de Baraja, que dio minutos a Lino, hoy suplente. Ahí estaba la solución. Desde que entró, el ataque ché fue otro, más dinámico, más peligroso. Suya fue la asistencia para que Kluivert, con temple y calidad a partes iguales, colocara el balón en el fondo de los mallas para que el júbilo estallase en Valencia. Vaya resbalón más inoportuno de Torró y gran oportunismo de Nico González, que regresó tres meses después de su lesión, para encontrar a Lino de primeras. 

Con 1-0, el Valencia se desató. Lino tuvo el 2-0 en un testarazo que sacó Herrera en una de las paradas de la semana. Hubiera sido la sentencia. Como lo habría sido también la expulsión de Aimar Oroz por una fuerte entrada a Gayà en el rush final. Otra vez el VAR le dijo a Iglesias Villanueva que lo mismo tenía que retirarle la roja. Y así lo hizo. También habría sentenciado el duelo si, en la jugada inmediatamente después, Hugo Duro hubiera batido de penalti a Herrera, pero aguantó a la perfección el meta para mantener con vida a los suyos. 

Tocó sufrir, pero finalmente el Valencia aguantó para llevarse un triunfo vital que les saca del descenso y complica la clasificación europea a Osasuna. 

Jugador Flashscore del partido: Justin Kluivert (Valencia).

Todos los datos y estadísticas del Valencia-Osasuna, en Flashscore.