No lo pasó bien el Real Madrid en su visita al Pucela, culpable de que Thibaut Courtois fuese el mejor jugador del equipo visitante en la noche de este viernes. Karim Benzema acaparó todos los focos porque marcó los dos goles, pero el guardameta belga no pasó ni mucho menos desapercibido, nada que ver con su compatriota Eden Hazard, quien estuvo durante los 90 minutos en el banquillo y no hizo ademán de calentar para entrar en el terreno de juego.

El ex del Chelsea tiene una nueva oportunidad para demostrarle al entrenador italiano que puede ser un jugador importante en los meses posteriores, aunque en la capital se le empezó a dar por perdido desde hace tiempo. Contra el Cacereño, en los dieciseisavos de final de la Copa del Rey, tiene a priori un contexto muy favorable porque los extremeños compiten en Segunda RFEF, aunque está presente el hándicap de jugar en unas instalaciones mucho peores respecto a las que ofrecen los estadios de la élite.

Ancelotti fue bastante claro en sus declaraciones y confirmó la presencia de Hazard en el once del encuentro en Extremadura, una cita siempre peligrosa para los clubes de mayor prestigio porque tienen mucho que perder y se miden a un rival que juega con el aire a favor (en su propio estadio, con las gradas llenas e inmersos en una espiral de ilusión que a veces decide los partidos). Toda la localidad sueña con eliminar al Real Madrid, que ya cayó frente al Alcoyano en 2021.

La última vez que Eden apareció en la competición liguera fue el 11 de septiembre en la goleada por 4-1 contra el Mallorca (jugó 58 minutos). En el torneo regular, de hecho, la suma total es de alrededor de una centena, un bagaje muy pobre para un jugador que requirió de una inversión tan elevada. Ha podido disfrutar algo más en la Champions League, no solo en cuanto a participación, sino porque celebró la única diana - y asistencia- del curso actual (ante el Celtic).