El pasado mes de diciembre, la FIA modificó, no sin polémica, su reglamento para prohibir a los pilotos de cualquier competición realizar comentarios "políticos, religiosos o personales" sin autorización previa con el fin de mantener su carácter de neutralidad.
Como era de esperar, Lewis Hamilton ha sido el primero en protestar abiertamente ante este cambio en la normativa. El británico lleva años siendo el abanderado en el Gran Circo de este tipo de reivindicaciones sociales y en varias ocasiones se le pudo ver con camisetas o cascos con todo tipo de mensajes políticos, especialmente durante la controversia relacionada con el movimiento "Black lives matter".
El piloto de Mercedes, en una entrevista concedida al The New York Times, no dudó en quejarse y explicó su punto de vista sobre este asunto y por qué cree que es necesario hacerse oír: "Todavía hay muchos obstáculos que superar en ese sentido. Con suerte, no será así por mucho más tiempo, pero es triste ver que estas cosas todavía existen a día de hoy".
Se dice que de lo que no se habla no existe, y por eso el descontento del siete veces campeón del mundo: "Si no puedo tener conversaciones con la gente, si no puedo hablar de esos temas tan delicados, no tendrán la repercusión que deben tener. Por lo tanto, las organizaciones que pueden cambiarlo no dedicarán sus energías a mejorar eso", aseguró.
Hamilton comentó cuándo empezó a darse cuenta del poder que una persona tan influyente como él puede tener en la sociedad para cambiar las cosas: "2020 tuvo un gran impacto personalmente. Me siento empoderado para ponerme de pie y hablar abiertamente sobre cualquier tema. Independientemente del resultado, sé que siempre hay que decir y hacer cosas, porque mucha gente está sufriendo".
Por lo tanto, su amenaza fue clara: "Si no puedo defender los derechos humanos y no puedo continuar con lo que he estado haciendo estos años, prefiero no correr más".
Habrá que estar atentos a cómo se desarrollan los acontecimientos y si el de Mercedes logra encontrar algún vacío legal para salirse con la suya. Al menos en 2023, tiene contrato con la escudería alemana y, si continúa con sus habituales puestas en escena reivindicativas, se enfrentaría a posibles multas económicas o a sanciones deportivas.