No han sido días fáciles para los Golden State Warriors tras el puñetazo de Draymond Green a Jordan Poole. Después de vencer en el último amistoso a Portland Trail Blazers (131-98), el propio entrenador, Steve Kerr, tuvo que dar su versión de los hechos y anunciar la decisión que han tomado con el jugador, que promedió casi media hora por partido en esta última temporada.

Kerr calificó esta complicada situación como "la mayor crisis" desde que está al frente de los Warriors, vigentes campeones de la NBA. Además, también confirmó que el estadounidense de 32 años seguirá formando parte de la plantilla. No se ha librado, como era de esperar, de un fuerte castigo a nivel económico, aunque la cifra no ha trascendido.

Pese a no ser suspendido, el ganador de nueve anillos (entre su trayectoria como jugador y como entrenador) sí reconoce que este desagradable incidente "rompió" la confianza del cuerpo técnico. Aun así, justificó de esta forma la decisión de que sea reincorporado al grupo: "Le estoy dando el beneficio de la duda porque creo que se lo ha ganado, y creo que nuestro equipo piensa lo mismo".

El propio Green admitió su error hace unos días: "Me equivoqué por lo que hice el miércoles y por eso pedí perdón al equipo y a Jordan (Poole), pero quiero dar un paso más. La publicación del vídeo es algo que provoca mucha vergüenza, me incomoda a mí, pero también es la sensación de incomodidad que Jordan tiene, que este equipo tiene, que esta franquicia tiene".

Una victoria con muchas ausencias

Uno de los jugadores que no participó en el encuentro ante Portland fue, evidentemente, Draymond Green, quien se volverá a los entrenamientos este mismo jueves e incluso podría jugar contra los Lakers en el estreno liguero. La ausencia más destacada fue la de Stephen Curry, quien estuvo presente en el banquillo y celebró los puntos de su equipo. JaMychal Green y Moses Moody fueron los mejores en la faceta anotadora, con 20 para cada uno.