Fue el primer éxito en cinco años para Oosthuizen, de 41 años, que comenzó la ronda final empatado con su íntimo amigo Schwartzel, y seguía empatado con él después de que el juego se suspendiera el domingo a causa de la fuerte lluvia y la amenaza de relámpagos en el Leopard Creek Country Club.

Oosthuizen y Schwartzel reanudaron su batalla en medio de una lluvia más intensa el lunes, pero Schwartzel hizo inmediatamente un bogey en el octavo hoyo, y de nuevo tres putts en el décimo, para permitir a Oosthuizen tomar la delantera.

El ganador del Open 2010, que se lesionó el brazo el viernes, consolidó su ventaja con birdies en los hoyos 11, 13, 14 y 15 para abrir una ventaja de tres golpes a falta de dos hoyos.

Pero los nervios se apoderaron de Oosthuizen, que hizo bogey en el 17 con un mal putt y luego embocó mal en el último hoyo, aunque logró salvar el par.

"Tuve una buena racha al final, desde el 13 hasta el 15, y este era un torneo que realmente quería ganar, me llevó un tiempo", dijo Oosthuizen, que se quitó de encima su lesión. "Lo estoy controlando, pero está bien", dijo.

Es la quinta vez que Schwartzel, campeón del Masters 2011, acaba segundo en Leopard Creek, después de haber ganado también el torneo en cuatro ocasiones, tres de ellas en el pintoresco campo situado en la frontera del Parque Kruger. Su ronda final de 71 aseguró un total de 272 golpes.

El ganador de 2020, Christiaan Bezuidenhout, terminó tercero tras firmar un 68 en la última ronda para un total de 274.