Joselu dejó 'Immobile' a Italia con un postrero gol que vale el billete para la final de la Liga de Naciones y manda a la Azzurra a disputar el partido menos ilusionante del año. Si ya de por sí resulta algo humillante jugar por el tercer y cuarto puesto en un Mundial, imagínense en un torneo creado para amortiguar el sufrimiento que generaban unos amistosos que no le interesaban a nadie. Y todo esto en pleno mes de junio, con los futbolistas pensando en Ibiza y Santorini. 

Luis de la Fuente tiró de experiencia en los laterales -entre Jesús Navas y Jordi Alba suman 71 años-, partió con Unai Simón bajo palos y le dio galones a Robin Le Normand. El francés se estrenó con un maldito y desafortunado penalti que costó el empate, pero rindió a mejor nivel tras el descanso y aspira a estar en el eje de la zaga dentro de unos días, cuando llegará el turno de afontar el duelo decisivo ante la Croacia de un tal Luka Modric, cuya energía parece infinita.

El ancla fue Rodrigo Hernández, que, al contrario que en Catar, jugó en su posición. Sólo había que hacer uso del raciocinio y seguir los pasos de un Pep Guardiola que ha sacado brillo a un futbolista de enorme calidad y dispuesto a liderar en cualquier contexto. Pablo Gavi y Yéremy Pino -goleador poco después del pitido inicial- fueron los más jóvenes en un plantel con Álvaro Morata como referencia y con Rodrigo Moreno de nuevo en una selección a la cual llevaba tiempo sin acudir.

Joselu se gana volver al Madrid

¿Qué pensará Florentino Pérez al ver que ya lleva tres goles en apenas tres partidos como internacional? Y no en 270 minutos, sino en tres ratos. Necesitó 10' contra Noruega para firmar un gran doblete, se topó con el larguero en el duelo ante Escocia y decantó la balanza este miércoles pese a acceder al terreno de juego allá por el 88'. Se cargó así a la vigente campeona de Europa, con un diana de ariete puro, de estar en el sitio correcto... muy propia del madridista Raúl González Blanco.

España tiene ahora más armas para afrontar los partidos. No estaba yendo mal el plan principal porque el dominio era claro (aunque Unai salvó el 1-2 con una gran parada en la segunda mitad), pero De la Fuente hizo uso de un comodín inexistente en el último campeonato. A la vista de lo ocurrido en los últimos compromisos, sin ánimos ventajistas ni dar voz a hipótesis que poco aportan, cada vez más resulta más evidente que incluir a un único delantero centro, de entre 26 jugadores, fue un suicidio.

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