Mesut Özil (34) ha comfirmado un secreto a voces y ha anunciado a través de sus redes sociales que deja el fútbol. Luego de tres años en donde tan solo disputó 37 partidos, el campeón del Mundo ha optado por ponerle fin a una importante carrera.
El centrocampista, que militaba en el Istambul Basaksehir, participó en siete encuentros con su último equipo y, además, dejó una cifra paupérrima: cero goles y ni una sola asistencia. Lejos de su máximo nivel, Özil escribió un mensaje para sus seguidores.
"He tenido el privilegio de ser un jugador de fútbol profesional durante casi 17 años y me siento increíblemente agradecido por la oportunidad. Pero en las últimas semanas y meses, después de haber sufrido algunas lesiones, ha quedado cada vez más claro que es hora de abandonar la gran etapa del fútbol", dice el comunicado.
Tras 600 partidos como profesional el jugador corta con una mala racha que empezó en la temporada 2019-2020. El en ese entonces futbolista del Arsenal se perdió más de dos meses de competición con el equipo inglés por dos lesiones -una en los ligamentos del tobillo, otra en la espalda-. Los problemas físicos impulsaron a Mikel Arteta a relegar a Özil a entrenar con el filial gunner. La medida, como era de esperarse, llevó al jugador a dejar el Emirates Stadium y a regresar a Turquía.
El 2010, su mejor año
Mesut Özil empezó su carrera como profesional en el Schalke 04. 39 partidos le bastaron para ilusionar a la Bundesliga y despertar el interés de equipos importantes del fútbol alemán. El Werder Bremen se adelantó a prestigiosos rivales y se hizo con la ficha del jugador por 4.3 millones de euros.
En el equipo verdiblanco desplegó cualidades como un magistral control de la pelota, técnica para correr con el balón en los pies y precisión de francotirador tanto en el disparo como en el pase. Esas virtudes le llevaron a disputar la Copa del Mundo de Sudáfrica 2010, torneo en donde fue una de las revelaciónes tras alcanzar las semifinales.
Özil era pretendido por media Europa. Sin embargo, el Real Madrid se apresuró y, con un pago de 15 millones de euros, cerró al deportista por cinco temporadas. En 2010, la FIFA lo incluyó entre los 23 finalistas para el Balón de Oro y, además, fue condecorado como el "Golden Boy" de la campaña.
El Real Madrid fue, en un principio, un buen lugar para Özil. De la mano de José Mourinho encontró titularidad. Ganó la Copa del Rey al FC Barcelona. Conquistó LaLiga de los récords. Obtuvo la Supercopa de España. Todo era perfecto. O parecía.
La destitución de José Mourinho del banquillo merengue puso en peligro la continuidad del jugador. En ese mercado, el Arsenal mostró interés por él. El 31 de agosto de 2013 el cuadro gunner confirmó la operación. El costo del traspaso rondó los 50 millones de euros.
En Londres, Özil vivó un poco de todo: buenos momentos bajo la tutela de Arsene Wenger. Caídas estrepitosas como las golpeadas ante el Chelsea o el Manchester City. Peleas internas con algunos entrenadores y, finalmente, una dolorosa salida en donde terminó enfrentado con Mikel Arteta.
Después de siete años y ocho títulos -cuatro F.A Cups y cuatro Communyties Shield-,Özil regresó a Turquía. Firmó con el Fenerbahçe. En su tierra natal, sin embargo, no encontró continuidad. Las lesiones mermaron su desempeño físico y fichó por el Basaksehir, club con el que rompió su contrato este miércoles.
En su palmarés, Özil presume de la Copa del Mundo que ganó representando a Alemania en el 2014. En Brasil, el centrocampista disputó 7 partidos y marcó un gol.