En un comunicado, la Serie A informó de que las tres secciones del estadio Olímpico en las que se concentran los hinchas más acérrimos de la Lazio permanecerán cerradas durante el partido de liga que el club romano disputará contra el Nápoles el 28 de enero.
La escuadra 'lazial' ha sido sancionada por "cánticos groseros, insultantes y racistas" dirigidos al delantero de la Roma Lukaku desde la Curva Nord y dos secciones adyacentes "siempre que estaba en posesión del balón".
El comunicado continúa diciendo que los insultos racistas fueron claramente escuchados por cuatro observadores de la Federación Italiana de Fútbol presentes en el partido y que procedían del "90 por ciento de los 16.000 aficionados presentes en esas zonas del campo".
Club reincidente
La Lazio cuenta con algunos de los seguidores más derechistas de un país en el que los grupos fascistas son un fenómeno muy extendido, incluso en la Roma, cuyos hinchas más acérrimos también tienen un largo historial de vínculos con la extrema derecha.
Los incidentes del miércoles fueron los últimos de una larga lista en la que se ha visto implicado la sociedad celeste, que en abril del año pasado había sido sancionada con el cierre de su grada durante un partido a raíz de los cánticos antisemitas y racistas proferidos durante otro derbi contra el Roma.
Sus seguidores también hicieron llorar al internacional francés Samuel Umtiti el pasado enero durante un partido en Lecce.
No es la primera vez que Lukaku es blanco de los aficionados en Italia, ya que la temporada pasada fue objeto de insultos racistas por parte de hinchas de la Juventus y en 2019 fue montado en cánticos por seguidores del Cagliari, cuando aún militaba en el Inter de Milán.
Fijación en Italia con Lukaku
El incidente en Cagliari, que quedó impune ante las autoridades, fue seguido después por los hinchas más acérrimos del Inter, que escribieron una carta abierta a Lukaku en la que decían que los cánticos de mono no eran racistas.
La Lazio también fue multada con 50.000 euros por romper el cordón de seguridad que separaba a los aficionados rivales en el estadio y lanzar "botellas de cerveza y agua, bengalas, fuegos artificiales y petardos" contra la sección de la Roma, cuyos seguidores costaron a su club una multa de 15.000 euros por responder de la misma manera.
Los aficionados locales también lanzaron bengalas y botellas al campo durante el partido, y una cerveza llena golpeó en el cuello a Edoardo Bove, centrocampista de la Roma, tras ser sustituido en la segunda parte.
El derbi de Roma es uno de los más acalorados de Europa y hubo una serie de refriegas y cargas policiales antes del partido del miércoles, mientras que, después, los seguidores del Lazio asaltaron un pub popular entre los aficionados romanistas cerca del estadio, apuñalando a dos personas durante el tumulto.