Los bianconeri no se dejaron hipnotizar por la Roma y, sufriendo, sumaron una victoria por 1-0 que le sitúa a sólo dos puntos del liderato.

Las ganas de aprovechar el tropezón interista se mostraron desde el inicio, pero se encontraron con una excelente respuesta de los giallorossi. De hecho, las ocasiones fluyeron de ambos lados en los primeros 45 minutos, con los hombres de Allegri más proactivos, pero los de Mourinho más incisivos.

Los locales atacaron el área contraria a un ritmo muy alto, y se apoyaron en un inspiradísimo Dusan Vlahovic para intentar perforar la meta rival. El serbio demostró estar en buena forma, deleitando a su público con grandes intervenciones y un remate de espaldas a la portería que se marchó desviado por poco, pero no logró firmar el 1-0.

En el otro bando, el recuperado Paulo Dybala, el gran ex del partido, intentó por todos los medios lanzar a su equipo, pero no encontró el apoyo de un mal Lukaku, poco lúcido de cara a portería.

La ocasión más importante de la primera parte, sin embargo, pasó por los pies de Cristante. Ya en el minuto cuatro, el centrocampista giallorosso aprovechó un balón suelto en el área para intentar un disparo que se estrelló en el poste.

La segunda parte parecía destinada a repetir la misma dinámica que la primera, pero a los dos minutos fue Adrien Rabiot quien cambió la dinámica del partido. El centrocampista francés, servido por una gran asistencia de tacón de Vlahovic, se encontró delante de Rui Patricio y no falló desde cerca, firmando su tercer gol de la temporada en la Serie A y poniendo el 1-0 en el marcador.

Tras la ventaja, la Juve trató de dormir el partido, bajando el ritmo e intentando sorprender a su rival en el momento oportuno.

Cuando la estrategia de Allegri parecía haber funcionado, la Roma comenzó a crecer de nuevo, minuto a minuto, volviendo a asustar a la defensa local. En el minuto 71, fue de nuevo Dybala el que intimidó a sus excompañeros, esta vez rematando al poste con un disparo angulado.

Ante la presión cada vez más asfixiante de la Roma, los bianconeri recuperaron su brío ofensivo, ayudados también por la entrada de Milik y Chiesa. En el minuto 84 fue el turno de McKennie, quien, tras un contragolpe, disparó a puerta pero se encontró con los guantes de Rui Patricio. Cuatro minutos más tarde, le llegó el turno a Chiesa, quien llegó a marcar, pero la diana fue anulada por fuera de juego.

Los romanos adelantaron líneas en la recta final en busca del empate, pero los intentos de Azmoun y Dybala no fueron suficientes para arañar la defensa bianconera: el equipo de Allegri se llevó tres puntos cruciales, y acortó así su ventaja con el Inter a dos puntos.