Si ha seguido la Serie A esta temporada, puede que ya se haya hecho una idea de lo rápido que pueden cambiar las cosas en el fútbol. A principios de febrero, el AC Milan seguía inmerso en una crisis de resultados. Debido principalmente a las lesiones de jugadores defensivos clave, los rossoneri atravesaron una racha de siete partidos sin ganar, durante la cual tuvieron que soportar una derrota por cinco goles ante el Sassuolo.
En estos momentos, sin embargo, el estado de ánimo de la afición milanista es diametralmente opuesto. En la liga, el equipo está muy cerca de los puestos que aseguran la participación en la Liga de Campeones gracias a una convincente victoria contra el líder, Nápoles, al que también eliminó en cuartos de final de la Liga de Campeones. Se enfrentarán a su viejo rival de la ciudad, el Inter, por un puesto en la final.
Leao ha estado en el centro de todo lo importante durante estas "semanas italianas". El ex jugador del Sporting de Lisboa pertenece a un grupo de extremos complejos que no sólo se meten en ocasiones de remate de calidad, sino que también las crean con regularidad para sus compañeros.
Mejor que la joya del Nápoles
Ya reinó en ambas actividades en la temporada anterior de la Serie A, dominando las estadísticas de goles esperados (xG) y asistencias esperadas (xA) por un amplio margen en su posición. La primera evalúa el movimiento de un jugador y la elección del lugar de disparo, la segunda la calidad de su pase final.
En la presente temporada ha mantenido su rendimiento. Entre los jugadores con al menos 1.000 minutos jugados, es el que más ocasiones de peligro ha creado con sus pases. Sólo Riccardo Orsolini (26), del Bolonia, y Nico González (25), de la Fiorentina, se han colocado en mejores posiciones de disparo, pero su ventaja es mínima. Según estos modelos, Leao tiene un 30% de posibilidades de marcar un gol y un 22% de recibir una asistencia en cada partido.
Lo grande que es la contribución ofensiva del portugués al AC Milan también lo muestran sus números en un modelo avanzado llamado valor añadido por gol (GPA+). Este modelo mide hasta qué punto los toques de balón de un jugador, es decir, los pases y las carreras, aumentan las posibilidades de gol de un equipo. En el último tercio, Leao crea las situaciones más valiosas de toda la Serie A entre los extremos: Khvicha Kvaratskhelia (22 años, Nápoles), Domenico Berardi (28 años, Sassuolo), Jonathan Ikone (25 años, Fiorentina) y otros están por debajo de él.
Después de Berardi, es también el extremo que más veces dispara de la Serie A. Aunque puede desplazarse e intentarlo desde zonas centrales dentro del área contraria, gran parte de sus disparos llegan tras acciones típicas, cuando se deshace de uno o varios defensas por la izquierda con su gran regate y remata en el segundo palo.
Sin embargo, su juego se ve obstaculizado por el gran número de intentos de disparo desde fuera del área. De 78 disparos desde esta zona, 30 fueron a puerta, y sólo convirtió uno de ellos. Históricamente, no ha destacado como rematador, pero desde luego no es el caso de la temporada actual, en la que ha marcado 12 veces frente a los siete goles esperados. Sin embargo, debido a su gran volumen de disparos, cabe esperar que se encuentre entre los máximos goleadores de la liga con regularidad.
Una vez que Leao llega al área, aplica su tremenda visión de juego en ella y a menudo puede encontrar a un compañero mejor posicionado en lugar de un disparo. Esto queda bien ilustrado por el análisis de pases, que muestra que crea sus ocasiones más valiosas con pases dentro del área, desde donde distribuye el balón por debajo de él, centra a los espacios alrededor del punto de penalti o mueve el balón con un pase más corto hacia una mejor posición.
Fuera del área, también crea un gran volumen de ocasiones con centros desde la profundidad y pases diagonales desde el centro del campo.
Regateador número uno
Por cada 100 pases jugados, es el futbolista de la Serie A que más veces dispara a puerta. Gracias a sus resultados en otras métricas de datos avanzados, sus acciones sobre el terreno de juego pueden simplificarse en la siguiente afirmación: una vez que se ve a Leo ganar el balón, entre todos los extremos de la Serie A, existe la mayor probabilidad de que de ese toque surja posteriormente una interesante ocasión de gol.
Pero el pase no es su única prerrogativa. El regate también es una parte vital de su juego. En términos de regates totales, está al nivel del Kvaratskhelia napolitano y es también uno de los jugadores con mayor acierto. Lo importante, sin embargo, es la eficacia de su regate.
De hecho, en una métrica que evalúa la eficacia en la gestión del balón, es el tercer mejor extremo, por detrás de Jeremie Boga (26), del Atalanta, y Armand Lauriente (24), del Sassuolo. Gracias a su habilidad para sortear a los rivales en el uno contra uno a gran velocidad o para crear espacio para nuevas acciones cortando al espacio libre, puede aparentemente meter con facilidad un disparo o un pase en una zona peligrosa. Ningún otro jugador de la Serie A ha creado un volumen tan alto de disparos regateando como él.
Un ejemplo perfecto de lo mucho que entiende Leao el balón es su asistencia para el gol de Olivier Giroud en la vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones contra el Nápoles. Pero ha habido innumerables situaciones de este tipo en las dos últimas temporadas.
Gracias a una combinación de velocidad, fantástica gestión del balón y precisos pases finales, Leao no depende de los servicios de sus compañeros. Sin embargo, el resto del año dependerán de sus habilidades en partidos importantísimos.
¿Podrán los rossoneri, con la ayuda de su joya portuguesa, regresar a la Liga de Campeones desde la competición doméstica o volver a saborear el ambiente de la final de la Liga de Campeones después de 16 años? Lo sabremos muy pronto.