El Chelsea llevaba seis derrotas consecutivas ante el City y no había marcado ni un solo gol en todo ese tiempo, por lo que pocos habrían predicho que se desataría una epopeya en la Premier League en Stamford Bridge.
Sin embargo, eso es exactamente lo que ocurrió, ya que toda la defensa se esfumó y se marcaron hasta cuatro goles por bando (sólo es la quinta vez que esto sucede en un partido de la Premier League).
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Erling Haaland puso las cosas en marcha al transformar lo que parecía un dudoso penalti, antes de que Thiago Silva -que se convirtió en el goleador más veterano del Chelsea con 39 años- y el exdelantero del City Raheem Sterling dieran la vuelta al partido.
Manuel Akanji igualó la contienda poco antes del descanso, culminando así unos primeros 45 minutos llenos de idas y venidas y dando a los espectadores mucho que pensar para el resto del encuentro.
Haaland marcó el segundo a los dos minutos de la reanudación y, aunque muchos habrían apostado por que el City tomase el control, el Chelsea no se dejó amilanar y volvió a golpear para poner el 3-3 en el marcador por mediación de Nicolas Jackson.
El partido volvió a decantarse a favor del City cuando un disparo desviado de Rodri supuso el 4-3 en el minuto 86, en lo que parecía una victoria segura para los visitantes.
Sin embargo, aún quedaba tiempo para un nuevo giro en la historia, y éste vino de la mano de Cole Palmer como principal protagonista, ¡porque sí!
Palmer, antiguo prodigio del City, fichó por el Chelsea en verano y marcó el gol definitivo con un penalti en el tiempo añadido que puso fin a un partido de infarto (4-4).
"Te enfrentas a un equipo como el City, pero era el Chelsea el que quería ganar, ser el protagonista", declaró el entrenador del Chelsea, Mauricio Pochettino.
"Creo que, después, todo el mundo está muy orgulloso de haber participado en un partido como el de hoy. Demuestra por qué la Premier League es la mejor liga del mundo".
"Ha sido un buen anuncio y un partido entretenido para la Premier League", dijo el técnico del Manchester City, Pep Guardiola.
"Ambos equipos querían ganar. No habría esperado otra cosa. El Chelsea tiene un equipo y unos jugadores fantásticos".
Números que hablan
El caos reinante sobre el terreno de juego se reflejó también en las estadísticas.
Si nos atenemos a los números, el Chelsea no se impuso con contundencia, ya que la contienda en el oeste de Londres estuvo muy igualada, casi como un partido de baloncesto.
Como era de esperar, el Manchester City tuvo el balón la mayoría del tiempo, con un 56%, aunque la cifra muestra que no fue una clase magistral de posesión, como suele ser habitual en el equipo de Guardiola.
En cuanto a los tiros a puerta, la balanza volvió a estar bastante equilibrada, ya que los locales se impusieron por un estrecho margen con 17 a 15, mientras que el City lanzó 10 de ellos a puerta, frente a los nueve del Chelsea, según Wyscout.
Profundizando en la calidad de los disparos, ambos equipos superaron por poco su índice de Goles Esperados (xG) al descanso, con una ventaja del City de 1,57 a 1,28. La tendencia se mantuvo en el segundo periodo. Esa tendencia continuó en el segundo periodo, pero con el Chelsea terminando en ascenso.
Se marcaron un total de ocho goles con un nada menos que 5,8 xG, la mayor parte de los cuales correspondieron al Chelsea, que registró 3,16 frente a los 2,64 del Manchester City.
El City había liderado la carrera de los xG desde el primer gol de Haaland en el minuto 25 hasta el empate de Palmer en el quinto del tiempo añadido, y el delantero noruego aportó por sí solo 1,78 de la cuenta final de su equipo.
El partido tuvo de todo: goles, penaltis, empates y, por supuesto, algún que otro drama con el VAR en el lanzamiento de Haaland, todos los ingredientes para convertirse en un clásico de la Premier League.