El pasado miércoles no era un día cualquiera en Newcastle. La escuadra local volvía a disputar un partido de Champions League como local, algo que no sucedía desde la temporada 2002-2003 cuando su estrella Alan Shearer perforaba las metas rivales y el malogrado Bobby Robson dirigía a los geordies desde el banquillo.
St. James´ Park vestía sus mejores galas para ver a su equipo entre los más grandes de Europa. El Newcastle está encuadrado en el denominado grupo de la muerte junto a Milan, Borussia Dortmund y Paris Saint-Germain. Los franceses, uno de los eternos aspirantes al título pese a las marchas de Messi y Neymar, se presentaron con los Mbappé, Dembelé, Gonçalo Ramos y Kolo Muani en ataque y fueron barridos del mapa. El Newcastle fue muy superior y pasó por encima de los de Luis Enrique con un 4-1 que ha asombrado a Europa.
Crecimiento sostenible
El gran despliegue de los de Eddie Howe viene de atrás. Desde que en 2021 el fondo saudí controlado por su familia real y representado por Yasir al-Rumayyan se hiciera con el club, el Newcastle no ha parado de avanzar. Pese a convertirse en uno de los clubes más ricos del mundo, el crecimiento podemos decir que ha sido sostenible, ya que han llegado jugadores de altísimo nivel pero de momento ninguna gran estrella mundial se ha enfundado la elástica blanquinegra.
Los árabes compraron un club que estaba en posiciones de descenso y consiguieron salvarle con cierta holgura, ya que terminaron la temporada 2021-2022 en una meritoria undécima posición. El ejercicio anterior fue el de la consolidación del proyecto, culminada con un cuarto puesto cimentado en sus tres atacantes: Callum Wilson (18 goles), Miguel Almirón (11) y Alexander Isak (10), que fue su fichaje estelar y sufrió una lesión al inicio de temporada, colocaron al equipo entre los mejores de Inglaterra dos décadas después.
La presente temporada no la iniciaron de la mejor manera posible. Tres derrotas consecutivas ante Manchester City, Liverpool y Brighton colocaron al Newcastle en la parte baja de la tabla. Pero la calma y el trabajo bien hecho terminaron dando sus frutos. Tres victorias seguidas en Premier ante Brentford, Sheffield United (esta por 0-8) y Burnley, la victoria ante el City en la Carabao Cup con el gol de Isak y su performance en la Champions League le han convertido en uno de los equipos más temibles de Europa. Los últimos resultados han provocado que Eddie Howe sea elegido entrenador del mes en la Premier.
Un solo gol recibido en los últimos seis partidos
El éxito empieza en la defensa. En los últimos seis partidos tan solo han recibido un gol, el conseguido por Lucas Hernández para el PSG sin relevancia en el resultado final. En la portería, Nick Pope, internacional con Inglaterra en los dos últimos Mundiales pese a no haber debutado, ofrece una gran seguridad. Kieran Trippier en el lateral derecho ha dado un salto de nivel enorme, mientras que los Schar o Burn no solo fortalecen el entramado defensivo de Howe, sino que también perforaron la meta de Donnarumma en Champions.
En el medio, la llegada de Sandro Tonali procedente del Milan le ha dado un plus de calidad en la dirección del juego junto a Bruno Guimaraes y Sean Longstaff, cada vez más acoplados al estilo de las urracas. Arriba, Anthony Gordon ha irrumpido con fuerza y Wilson, ahora lesionado, Isak y Almirón mantienen un altísimo porcentaje anotador a estas alturas de temporada.