El belga Eden Hazard (32) fue presentado como nuevo jugador del Real Madrid el 13 de junio de 2019. Llegaba como campeón de la Europa League, megaestrella de la Premier y uno de los mejores jugadores del mundo. Ningún madridista discutió los 100 millones que Florentino Pérez decidió pagar por él en ese momento. Era un fichaje absolutamente estelar.
Desde entonces, entre lesiones, bajo estado de forma, falta de continuidad y de confianza, Hazard ha pasado de puntillas por el Madrid y hace tiempo que se le considera un caso perdido.
En sus 4 años de blanco ha logrado 7 goles y 9 asistencias. Si comparamos esas cifras con los 110 goles y 85 asistencias que consiguió en sus siete temporadas en Inglaterra resultan ridículas.
Hazard ha ido languideciendo con el paso del tiempo hasta apagarse casi por completo. A su falta de participación se ha unido la brutal irrupción de Vinicius y Rodrygo, jugadores que actúan en su misma posición (especialmente Vinicius). Su relación con Ancelotti se fue distanciando y ese síntoma resultó una señal decisiva en el club de que su etapa como madridista estaba finiquitada. Carletto, el gran gestor de grupos, no ha podido recuperar a un jugador que deslumbró en la Premier y del que sus propios compañeros en el Chelsea hablaban como “un fuera de serie”.
Si no sale le espera otro año en blanco
El 7 blanco está cobrando 15 millones de euros netos por temporada (un lastre para una posible salida) y el Madrid lleva tiempo deseando que llegue una oferta por él. Le queda un año de contrato y en Valdebebas tienen asumido que lo cumplirá, algo que reconoció el propio jugador hace poco. Hazard ha pasado de gran estrella a mera figura decorativa. Hoy, ante el Getafe, con todo el club pensando en el City, habrá muchas rotaciones y aunque Ancelotti confirmó que Vinicius jugará parte del encuentro, puede que Hazard vuelva a tener la ocasión de disputar unos minutos en una negra etapa que está durando demasiado tiempo.